Qué brutalidad

Tiemblo después de haber leído la revelación acusadora de la flotillera Hanan Alcalde, también conocida entre los suyos como 'Barbie Gaza'. Doña Hanan, en efecto, es una mujer rebosada de pijerío. El Gobierno de España se ha atrevido a incluirla en el pasaje de retorno y ha llegado a Madrid sin una marca, y más fresca que una lechuga. No obstante, su acusación ha sido tan directa y certera que no deja lugar al terrible sufrimiento. «En Israel hemos sido torturados VIP, pero torturados». Que me aten esa mosca por el rabo. Torturados VIP. Ni a Himmler se le ocurrió una tortura parecida. La tortura VIP, según el aspecto que mostraba la hermosa y rebosada heroína consiste en ser cruelmente azotada por un carcelero yogurín con un látigo de serpentinas multicolores. Despertar con un matasuegras. Desayunar café caliente si lo pide frío, o helado si lo exige excesivamente caliente, que podía sentarle mal.

La tortura VIP obliga al torturador de acuerdo con la convención de Ginebra a informar a los presos VIP de lo acontecido en los últimos días en el mundo del corazón. Que una activista VIP de Hamás ignore que, mientras ella comandaba la flotilla, se casaban en una preciosa finca de Córdoba, don Juan de Dios Lozano von Stenhaussen, y la bella señorita cordobesa Fátima Santiponce de las Presillas, sobrina lejana de los condes del Risco Alto, rompe el techo de cualquier tipo de tortura. Los chinos ya estarán ensayando métodos nuevos de sufrimiento. Una partidaria del terrorismo de Hamás de condición VIP –se cumplen dos años de la salvajada gazatí–, está obligada a conocer los pormenores de la boda del duque de Arjona, que es duque de verdad, y si al abrir la tarta surgieron de su interior palomas de la paz o todas fallecieron durante la angustiosa navegación. Una torturada VIP sólo puede comer viandas elaboradas por el chef José Andrés, que es bueno hasta decir ¡basta!

Los torturados VIP no tienen que compartir los evacuadores comunes y disfrutan de duchas individuales con la sencillez que los caracteriza. Ni están obligados a jugar al escondite con los ojos tapados, y que el jefe de los guardianes descubra el paradero del escondido al grito de «¡Te pillé!» En lo único que son inflexibles los crueles torturadores judíos es en permitir jugar al balón-pared mientras los que no son VIP sólo pueden animar más allá de las rejas. De lo que estoy seguro es que los miles de israelíes que llevan siendo torturados por lo que queda de Hamás no han gozado de esos privilegios. Ellos quieren derribar la frontera del siglo X con la del siglo XXI. Pero de ahí a no permitir a la heroína Hannan Alcalde, o 'Barbie Gaza' a darse un golpe de peine antes de embarcar en el vergonzoso vuelo de la indignidad es para tomárselo muy en serio. Se enfadaría hasta Mafalda.