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03 de mayo de 2024

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev (Iz), y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, son recibidos por el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (C), en Bruselas para conversaciones de paz

El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev (Izqda.), y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, con el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel (c.)Olivier Hoslet / AFP

Armenia

Las relaciones de Armenia y Rusia entran en suspenso mientras Sudáfrica tiende puentes a Putin

Los apoyos a Putin se enfrían en Asia y se estrechan en África. Armenia reprocha a las fuerzas rusas de paz, desplegadas en Nagorno-Karabaj una absoluta pasividad ante los azerbaiyanos

A finales de noviembre, del pasado 2022, Armenia se rebeló contra Moscú acusando al Kremlin de no prestarle ayuda ante el avance de Azerbaiyán y argumentaba que la protección de Putin «no valía nada».
Recordemos que Armenia pertenece a la alianza defensiva «Organización del Tratado de Seguridad Colectiva» (OTSC), la denominada «OTAN de Putin» y que el país está enfrascado en un largo conflicto con Azerbaiyán. En estos pocos meses ha aumentado su cuestionamiento de la efectividad de esta alianza, resto de la extinta Unión Soviética.
Hace poco más de un año, sin embargo, una cruenta guerra entre tropas armenias y azerbaiyanas por el montañoso enclave de Nagorno-Karabaj generaba a Armenia una enorme dependencia del Kremlin y parece que se quiera desquitar.

Reproches a Putin

Ahora su presidente se niega acoger las maniobras de la alianza militar rusa de este año, con el simple argumento de que: «no son apropiadas». Más allá Nikol Pashinyan ha criticado repetidamente a las fuerzas de Putin.
Armenia reprocha a las fuerzas rusas de paz, desplegadas en Nagorno-Karabaj una absoluta pasividad ante los azerbaiyanos que bloquean el acceso que garantiza el libre paso entre Armenia y la región separatista de Nagorno-Karabaj, bloqueado desde diciembre. Este corredor de Lachin, es una ruta vital para el subministro del polémico enclave.

En 2020 Armenia y Azerbaiyán libraron una breve guerra que se cobró 6.500 vidas

Si recordamos en 2020 Armenia y Azerbaiyán libraron una breve guerra que se cobró 6.500 vidas. Una tensa paz mediada por Rusia obligó a un despliegue de tropas rusas de paz. El principal socio de Azerbaiyán en este conflicto ha sido Turquía, algo que explica el enfriamiento de Rusia en favor de los armenios.
Pero podemos pasar del «enfriamiento» del apoyo a Putin en Asia, al calentamiento que se está produciendo en África. Los lazos históricos con la antigua Unión Soviética pueden explicar la posición de algunos países africanos. Desde 1960 hasta el final de la Guerra Fría, la Unión Soviética había apoyado financieramente, con entrenamiento y armas, a buena parte de los movimientos de liberación en Argelia, Angola, Congo, Etiopía, Guinea, Marruecos, Sudáfrica y otros países.
Rusia apenas tuvo presencia en el continente, pero desde 2014 ha ido ampliando gradualmente su compromiso tanto económico como militar. Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, en 2020 casi la mitad de las importaciones de armas a África procedían de Rusia.
Además, varios gobiernos africanos ven a Rusia y China, como importantes aliados en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Eritrea

En Eritrea, el gobernante Isaias Afewerki ha buscado durante mucho tiempo una estrecha cooperación con Rusia, y ahora también con China. El país de África Oriental que gobierna desde 1993 es uno de los más represivos y aislados del mundo.
Eritrea es estratégicamente interesante para Moscú. Está ubicado en el extremo sur del Mar Rojo, donde un número creciente de potencias importantes y regionales han estado presentes en los últimos años. La cooperación militar con Rusia se intensificó a partir de 2019 para alimentar conflictos militares en la región.

El caso más sorprendente es Sudáfrica que ha anunciado esta semana que realizará en febrero un ejercicio naval conjunto con Rusia y China

Pero el caso más sorprendente es Sudáfrica que ha anunciado esta semana que realizará en febrero un ejercicio naval conjunto con Rusia y China.
El gobierno de Ciudad del Cabo ha anunciado esta maniobra militar, denominada «Operación MOSI», y se llevará a cabo del 17 al 27 de febrero frente a la costa este del país cerca de las ciudades de Durban y Richards Bay, según el comunicado del Ministerio de Defensa.
Apuestan así por fortalecer las «florecientes relaciones entre Sudáfrica, Rusia y China», aunque el gobierno ha enfatizado su neutralidad en la guerra de Ucrania, que ya había hecho patente al abstenerse en la votación de las Naciones Unidas sobre el asunto.

La fuerza de los BRICS

Sudáfrica pertenece al grupo «BRICS» (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). El partido gobernante es el Congreso Nacional Africano (ANC), miembro de la Internacional Socialista, que mantuvo estrechos vínculos con la Unión Soviética durante la lucha de resistencia contra el apartheid.
La noticia llega pocos días antes de que el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, viaje a Sudáfrica. Es su primera visita desde el comienzo de la invasión rusa.
Los observadores políticos de la Fundación Brenthurst indican que esto muestra cuánto se ha alejado el gobierno de sus aliados occidentales y que Sudáfrica está efectivamente del lado de Rusia.
Estas cercanas maniobras son el segundo ejercicio conjunto de las tres fuerzas navales. El primero tuvo lugar en Ciudad del Cabo en noviembre de 2019. El hecho es que ya se han completado todos los preparativos para el nuevo ejercicio, en el que participarán 350 soldados sudafricanos.
Como vemos los apoyos a Putin se enfrían en Asia y encuentran el calorcito de África.
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