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29 de abril de 2024

la Haya

Imagen de archivo de un soldado ruso en las ruinas del teatro de Mariúpol tras la caída de la ciudadAFP

1 año de guerra en Ucrania  No hay luz para Ucrania al final del túnel de la guerra con Rusia

Ucrania encara el primer aniversario del inicio de la invasión rusa con pocas opciones de victoria inmediata

Los tambores de guerra se convirtieron en misiles sobre Kiev el 24 de febrero de 2022 cuando tropas rusas, cumpliendo la orden dada por Vladimir Putin en el Kremlin, iniciaron la invasión a Ucrania.
La decisión de presidente ruso de cruzar el Rubicón de la guerra a pesar de las advertencias de Occidente de que ese paso daría lugar a la mayor campaña de sanciones jamás vista en la historia, se tradujo en un largo conflicto del que no se vislumbra un final.
El fracaso de las tropas rusas en su ofensiva inicial, con el objetivo de conquistar Kiev en pocos días, dio paso a una guerra larga y sangrienta que ha deteriorado profundamente al Ejército ruso, condenado a Rusia al ostracismo y destruyendo su economía.
Rusia ha retrocedido mínimo una década en un año. Su Ejército –camino de las 200.000 bajas– ha quedado completamente desprestigiado al encadenar derrota con derrota y Putin se ha convertido en un paria internacional, un interlocutor inoperante ante la comunidad internacional.
A cambio, el Kremlin ha ocupado una porción importante de territorio ucraniano en el este y en el sur, territorio que ha anexionado y que aspira a consolidar en un futuro acuerdo de paz.
Sin embargo, Ucrania, con la resistencia en Kiev y las contraofensivas en Járkov y en Jersón, ha demostrado que es capaz de derrotar al que presumía de ser el segundo Ejército del mundo y recuperar territorio que era inimaginable que pudiera recuperar.
La pregunta que resuena en los pasillos del Pentágono, y del cuartel general de la OTAN en Bruselas, es la siguiente: si Kiev ha logrado reconquistar plazas tan complicadas como la ciudad de Jersón o la región de Járkov, ¿podría también recuperar ciudades tan estratégicas como Melitopol o la emblemática Mariúpol?
La respuesta afirmativa es la que ha empujado a los aliados occidentales de Ucrania a incrementar el apoyo armamentístico a Ucrania con la esperanza de nuevos y espectaculares avances que fuercen al Kremlin a aceptar una negociación.
Ucrania ha conseguido tanques Leopard 2, Challenger 2 y Abrams, y aspira ya a obtener los demandados F-16.

Rusia ha fracasado

Rusia, en este primer año de guerra, ha fracasado en todos sus objetivos políticos que eran atar a Ucrania a la esfera rusa, forzar un retroceso de la OTAN en el este de Europa y romper el bloque occidental.
Ha conseguido lo contrario: Ucrania ha roto definitivamente con Moscú y está más cerca que nunca de ingresar en la Unión Europea y en la Alianza Atlántica.
La OTAN está en pleno proceso de ampliación con la futura incorporación de Finlandia y Suecia, y el bloque de las democracias occidentales está más unido que nunca.
Sea cual sea el resultado de la guerra, el poderío militar ruso ha quedado tocado, sus aliados de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva tratan de mantener distancias con Moscú.
Su Flota del Mar Negro ha quedado comprometida, la del Báltico ha quedado encajonada en Kaliningrado con el ingreso de Finlandia y Suecia en la OTAN. Su negocio gasístico ha quedado tocado tras el veto europeo.
Es difícil ver cuál es el beneficio que saca Rusia de esta contienda. Sin embargo, para entenderlo, hay que recurrir a argumentos místicos y no geoestratégicos. Putin, y lo ha dicho en varios discursos, aspira a construir una Rusia Imperial, y está dispuesto a sacrificar lo que haga necesario para lograrlo.
En este contexto, poco más puede hacer occidente de lo que ya está haciendo, proporcionando armas y financiación a Kiev. La cuestión es hasta qué punto pueden los aliados occidentales de Zelenski mantener ese apoyo.

Escenarios para el «Año 2»

Ucrania se adentra en su segundo año de guerra aspirando a seguir resistiendo. El presidente Joe Biden apoyó con su viaje sorpresa a Kiev esta voluntad, pero trató de rebajar el triunfalismo del presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Zelenski afirmó que esperaba que 2023 fuera el año de la victoria. Biden, por su parte, le recordó que Ucrania se enfrenta a una guerra larga, «de años».
¿Cuáles son los escenarios de este «Año 2» de guerra? La derrota total de Moscú, que es lo que busca Kiev, con los líderes del Kremlin en la Haya juzgados por crímenes de guerra, parece algo improbable.
Ucrania se enfrentará a una nueva etapa bélica que será dura y en la que se alternarán las ofensivas rusas con las contraofensivas ucranianas.
Los nuevos sistemas armamentísticos occidentales proporcionarán una importante ventaja al Ejército ucraniano, pero Rusia ha demostrado que, pese a sus errores y sus problemas, es capaz de adaptarse a las circunstancias. Un colapso del Ejército ruso también parece poco probable.
¿Habrá negociación política? En esta segunda etapa, es probable que, una vez concluya fase bélica que se abrirá en primavera, Estados Unidos intente forzar a Ucrania a negociar y que China haga lo mismo con Rusia.
Una negociación que hoy parece imposible por las posturas maximalistas de ambas partes: Rusia no quiere renunciar a los territorios anexionados y Ucrania no acepta la solución de paz por territorios.
Mientras tanto, ni uno ni otro parece que vayan a aflojar. Ucrania ha logrado nuevos compromisos de entrega de armamento occidental y Rusia ha impuesto una economía de guerra que le ha permitido poner su industria al servicio de la guerra para reponer su armamento.
Por lo tanto, la guerra en Ucrania inicia su segundo año con un bloqueo en los frentes y un futuro nebuloso. Solo hay algo seguro: la guerra continuará durante meses, tal vez años, y los muertos se seguirán acumulando en ambos bandos en decenas de miles.
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