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07 de mayo de 2024

Juan Ignacio Brito

Seis claves para entender qué hay en juego en las elecciones de hoy en Chile

La elección del Consejo Constitucional este domingo pone en juego mucho más que el contenido y la forma de la nueva Carta Fundamental chilena. También están sobre la mesa definiciones cruciales para el Gobierno del presidente izquierdista Gabriel Boric y la oposición de derecha

Actualizada 04:30

Los chilenos se aprestan a ir de nuevo a las urnas hoy domingo, en lo que ha resultado un tortuoso camino para acordar una nueva Constitución que reemplace a la severamente reformada Carta de 1980.
Es la séptima ocasión que los votantes son convocados en los últimos dos años y medio. Habrá una octava en diciembre, cuando se celebre un plebiscito para definir la suerte del proyecto que deben terminar de redactar los 50 miembros del Consejo Constitucional que resultarán elegidos este 7 de mayo (eventualmente podrían llegar a ser más si se llena el cupo indígena, lo que dependerá de que haya suficiente votación en la circunscripción nacional destinada a ese objetivo).
Los consejeros recibirán un documento de una Comisión de 24 expertos que debe terminar de componer un borrador antes de que el Consejo comience a sesionar el próximo 7 de junio.
Aunque el objetivo inmediato es elegir a los integrantes del Consejo Constitucional, hay mucho más en juego en esta ocasión. Al menos son seis son las interrogantes que deben ser consideradas.

1-¿Ha girado a la derecha el electorado chileno?

En un país donde los movimientos pendulares de la opinión pública son frecuentes, todo indica que el electorado ha dado un brusco giro desde posiciones de izquierda y ahora abraza temas y aproximaciones donde la derecha política lleva la delantera, como la seguridad ciudadana, la contención de la inmigración y el manejo de la economía.
La preocupación por el auge de la criminalidad se ha hecho tan dominante en la agenda pública, que las cinco listas electorales en competencia para el Consejo Constitucional centraron su propaganda en la lucha contra el delito y no en los asuntos propios de una Carta Fundamental.

El 62% de los que desaprueban a Boric mencionan el fracaso en restablecer el orden público y derrotar al crimen

Buena parte de las críticas contra la gestión del presidente Gabriel Boric se debe a que la población evalúa mal la estrategia antidelincuencia de La Moneda. Según la última encuesta Cadem publicada este lunes, 62% de los que desaprueban al mandatario mencionan el fracaso en restablecer el orden público y derrotar al crimen como la razón principal de su descontento.
La escasa experiencia del jefe de Estado (que solo tiene 37 años) y la falta de soluciones para detener la inmigración ilegal, a la cual la gruesa parte de los chilenos asocia con el alza del delito, son otras causas de insatisfacción con el Gobierno.

Los partidos de derecha y centroderecha deberían sacar ventaja el domingo

En medio de este panorama, los partidos de derecha y centroderecha deberían sacar ventaja el domingo. Las proyecciones apuestan por una fuerte irrupción del derechista Partido Republicano y de la lista Chile Seguro, integrada por tres agrupaciones de centroderecha que conforman la coalición Chile Vamos. Se cree que, junto con el populista Partido de la Gente, deberían conseguir una cómoda mayoría e imponerse a las listas de izquierda y centroizquierda.

2-¿Cómo será la futura Constitución?

Si se cumplen los pronósticos acerca de un probable triunfo de sectores conservadores, Chile vivirá una paradoja: después de un proceso que partió en noviembre de 2019 –a raíz de las protestas y disturbios iniciados el mes anterior— con el propósito de crear una Constitución progresista, el resultado puede ser un texto que se oriente hacia posiciones de derecha en diversos aspectos.

Si se repite la votación del plebiscito del 4 de septiembre de 2022, que puso fin al fracasado proceso anterior, el oficialismo puede verse en severos aprietos

Todo dependerá, por supuesto, de quién resulte vencedor y por cuánto margen. Si se repite la votación del plebiscito del 4 de septiembre de 2022, que puso fin al fracasado proceso anterior, el oficialismo puede verse en severos aprietos.
En esa ocasión, 61,8% rechazó la propuesta y solo 38,14% la aprobó, propinando una dura derrota a la izquierda, que apostó con fuerza por el proyecto. En el Consejo Constitucional, las normas serán incorporadas al borrador cuando cuenten con el respaldo de tres quintos de sus miembros, por lo que la izquierda necesita llegar al menos a 21 consejeros para tener posibilidad de influir.
La composición del Consejo Constitucional determinará el contenido de la propuesta que se plebiscitará en diciembre. Si esta es finalmente aprobada y se inclina hacia posturas conservadoras, el Presidente Gabriel Boric podría obtener una victoria pírrica: cumpliría su sueño de abolir la Constitución escrita originalmente en dictadura, pero al costo de verse forzado a firmar y promulgar una que se encuentre muy distante de lo que él y sus partidarios habrían querido.

3-¿Cuánta gente participará?

El ciclo electoral más favorable para la izquierda (2020-2021) se dio bajo tres características que ya no existen: un impopular Gobierno de centroderecha, el voto voluntario y la pandemia. El plebiscito del año pasado, en cambio, tuvo lugar en condiciones distintas: un impopular Gobierno de izquierda, voto obligatorio y sin restricciones sanitarias.
Las elecciones del domingo se realizarán bajo un todavía más impopular Gobierno de izquierda, con voto obligatorio y sin pandemia. La participación debería ser elevada, aunque sin alcanzar el 85,7% del padrón que votó el año pasado.

Una participación más masiva tiende a favorecer a los candidatos de derecha y centroderecha

Los analistas coinciden en que una participación más masiva tiende a favorecer a los candidatos de derecha y centroderecha, pues en el caso chileno los votantes que antes se quedaban en casa tienen mayoritariamente inclinaciones conservadoras. Los números parecen avalar esta hipótesis.
Mientras en el plebiscito de octubre de 2020, que dio inicio al proceso constitucional y significó un gran triunfo para la izquierda, votaron 7.573.914 personas, en el de septiembre de 2022 participaron 13.028.739. Con voto voluntario y todavía bajo la pandemia, en la segunda vuelta presidencial en que resultó electo Boric sufragaron en total 8.271.893 personas, una cifra levemente superior a las que votaron por el Rechazo en septiembre (7.891.415).
Las condiciones actuales favorecen el voto de los adultos mayores, que no participaron en 2020-2021 debido al peligro de contagio de coronavirus. Por el contrario, las encuestas sugieren que ahora el grupo etario menos motivado para ir a votar son los jóvenes, que típicamente se inclinan más hacia los candidatos de izquierda.
Las autoridades del Servicio Electoral pronostican una participación un poco por debajo de la de septiembre de 2022. Otros señalan que los votantes deberían acercarse a los diez millones. Como sea, la participación será una variable clave el domingo.

4-¿Un plebiscito sobre el Gobierno?

Aunque el mandatario ha guardado un conveniente silencio y La Moneda se ha cuidado esta vez de no jugarse abiertamente por los candidatos que la representan –a diferencia de lo que ocurrió en septiembre, cuando puso todas sus fichas al Apruebo y sufrió una humillación—, resulta inevitable que los comicios del domingo sean vistos como una prueba de popularidad para el Gobierno y un examen acerca de la gestión presidencial.

Boric tiene un respaldo de 30% y un rechazo de 62%, lo cual significa que este último ha subido 42 puntos

La popularidad de Boric es baja. Según el sondeo de Cadem, el mandatario tiene un respaldo de 30% y un rechazo de 62%, lo cual significa que este último ha subido 42 puntos desde que asumió en marzo de 2022 y que aquel ha caído 20. Para el plebiscito de septiembre, el jefe de Estado tenía 37% de popularidad, casi exactamente la votación de la opción Apruebo en ese entonces.

Cambios de ministros

Boric ha tenido una conducción errática que lo ha forzado a realizar numerosos cambios en su gabinete de ministros. La inexperiencia del mandatario le está pasando la cuenta, así como la manera en que construyó su carrera política.
La ambigüedad de Boric y de la coalición que lo llevó al poder –compuesta por el Frente Amplio (una alianza de partidos de izquierda radical) y el Partido Comunista— respecto de la violencia que estalló en octubre de 2019 constituyó un activo mientras la opinión pública tuvo una actitud condescendiente hacia esa postura, pero hoy representa un lastre del que el mandatario y sus aliados no consiguen despegarse.
A cada declaración actual del presidente pidiendo respeto a la policía o condenando a los barrabravas que provocan desmanes en los estadios de fútbol, se contraponen varias publicaciones pasadas suyas en redes sociales en las que afirma justamente lo contrario de lo que hoy sostiene.

Boric, «el voltereta»

Esta incoherencia provoca por igual críticas entre sus partidarios (que esperarían verlo reafirmar lo que antes proclamaba) y sus detractores (que no creen en la sinceridad de sus cambios de opinión). Esta cualidad gimnástica para variar de posición en tantos temas ha hecho que, para buena parte de los chilenos, Boric sea «el volteretas».
No cabe duda de que muchos electores verán en la votación del domingo una oportunidad de castigar a un Gobierno y un presidente que hoy se hallan fuera de sintonía con los intereses de la opinión pública.

5-La noche de los cuchillos largos

Ante lo que parece una derrota inminente para el Gobierno y sus partidos, ya hay quienes afilan los cuchillos para pasar factura por el resultado.
Al interior del oficialismo existen dos almas que se encuentran desde hace rato en una sorda disputa: por un lado, la postura más dialogante, moderada y gradualista del Socialismo Democrático, representada por la ministra del Interior, Carolina Tohá, y el de Hacienda, Mario Marcel; por otro, la posición más radical, revolucionaria y doctrinaria de los partidos del Frente Amplio y el Partido Comunista, encarnada en el gabinete por la ministra vocera, Camila Vallejo (PC), y la ministra de la Mujer, Antonia Orellana (Convergencia Social, el partido de Boric, que forma parte del Frente Amplio).
A medida que avanza su gestión, Boric se ha ido inclinando por favorecer al Socialismo Democrático en desmedro de la izquierda radical. Pero esta se ha mantenido activa y es crítica del giro propiciado por el mandatario.

Descalabro o fracaso digno

Si este domingo se produce un descalabro, el oficialismo pierde de manera aplastante y ni siquiera alcanza a elegir 21 consejeros (el piso para superar los dos quintos y tener poder de veto en el Consejo), Boric se vería presionado para remover piezas clave de su gabinete, incluida Tohá, a quien el propio mandatario ha apuntado como la persona que hoy lleva las riendas del Gobierno.
Si el oficialismo pierde por una gran diferencia, el resultado probablemente robustecería a los sectores más radicales, en especial al Partido Comunista, que espera recoger una buena votación merced a su ortodoxia a toda prueba. Curiosamente entonces, el fracaso terminaría empoderando –aunque en un Gobierno impopular y derrotado– al menos renovado de los partidos políticos chilenos: el Comunista.
Ese escenario pondría a Boric en la obligación de cambiar de rumbo y ante una disyuntiva peligrosa: radicalizar y jugarse por la «opción Petro» (en referencia a la reciente decisión del presidente colombiano de girar a la izquierda y deshacerse de los partidos moderados de su coalición), llamando a la movilización social para presionar desde la calle al Congreso, donde carece de mayoría, y al Consejo Constitucional; o romper con el PC y parte de la izquierda radical para gobernar junto con el Socialismo Democrático, aguando sus reformas hasta hacerlas aceptables para una oposición en ascenso. En ambos casos, el mandatario tendría que hacer sacrificios y pagar enormes costos.

6-¿Quién ganará en la derecha?

Desde hace años, la derecha chilena también vive una disputa política que el domingo tendrá un episodio crítico. El fracaso ideológico de las dos administraciones de Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022) produjo descontento en el sector, donde muchos se sintieron traicionados por un Gobierno que contemporizó con la izquierda y terminó aplicando muchas de las recetas dictadas por la oposición, defraudando a los suyos. Con su gestión, Piñera abrió un espacio a la derecha de Chile Vamos.
Precisamente desde las filas de la UDI (Unión Demócrata Independiente), uno de los partidos de Chile Vamos, surgió el liderazgo de José Antonio Kast, quien en 2019 formó su propia agrupación, el Partido Republicano, para aprovechar el vacío generado por Piñera en la derecha.
Merced a una campaña hábil y la debilidad del candidato de Chile Vamos, Kast logró pasar a la segunda ronda en la presidencial de 2021, donde perdió por un amplio margen de casi 12 puntos (55,87% versus 44,13%) ante Gabriel Boric. Impulsados por Kast, los novatos republicanos consiguieron llegar al Congreso, al elegir a un senador (de 50) y a 12 diputados (de 155) en las parlamentarias de ese año.
Gracias a su agenda centrada en la seguridad y la inmigración irregular –los dos temas que actualmente dominan el debate— los republicanos se ubican ahora en un lugar expectante. Muchos analistas afirman que les irá tan bien este domingo, que pasarán a ser el partido más importante en el Consejo Constitucional y que, por lo tanto, se harán dueños de la llave maestra para definir el contenido de la nueva Carta Fundamental. Toda una paradoja, si se considera que los republicanos han dicho que les gusta la actual Constitución de 1980 y que buscarán mantener en la nueva lo que más puedan de ella.
Un buen resultado de los republicanos barajaría de nuevo el naipe en la derecha y alteraría la correlación de fuerzas de cara a definiciones clave, como la carrera presidencial de 2025. Sobre todo, forzaría a los partidos de Chile Vamos a replantear su estrategia y orientación. Incluso hay quienes postulan que podría provocar la creación de un Partido Popular de centroderecha en el que se fusionen sus tres socios –la UDI, Renovación Nacional y Evópoli—, con el propósito de crear un frente unido para competir con los republicanos.
Otra agrupación a la que hay que prestar atención es el populista Partido de la Gente, que en 2021 eligió seis diputados, pero que también ha crecido en las encuestas debido a su postura contraria a la inmigración ilegal, en especial en el norte del país, la zona más afectada por ese fenómeno. Los analistas esperan un buen desempeño del PdG, que es crítico de la política tradicional y tiene posturas variables, pero que también pueden identificarse en general como más inclinadas hacia la derecha, con la cual forma oposición en el Congreso contra el Gobierno de Boric.
  • Juan Ignacio Brito es periodista, investigador del Centro Signos y profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes en Santiago de Chile.
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