Anatoly Berezikov
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«Valiente, pero loco» así era el activista ruso en contra de la guerra que murió misteriosamente en una cárcel
Durante su juicio, Anatoly Berezikov aseguró en repetidas ocasiones que tenía miedo de «desaparecer». Dos semanas después, el 14 de junio, fue hallado muerto en su celda en el suroeste de Rusia.
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Berezikov es el primer crítico conocido del conflicto ucraniano que murió bajo custodia desde que el Kremlin lanzó una ofensiva en la ex república soviética en febrero de 2022.
Como Berezikov, miles de personas expresaron en Rusia su rechazo al conflicto, exponiéndose a amenazas, multas y penas de cárcel por parte de las autoridades.
Las circunstancias de su muerte no son claras. Las autoridades aseguran que se trata de un suicidio, pero sus amigos y apoyos rechazan esa versión.
Creen, al contrario, que Berezikov fue torturado mientras estaba detenido –algo habitual en el sistema carcelario ruso–, lo que podría haberle causado la muerte.
Vídeo de Anatoly Berezikov durante su comparecencia
«Se puede reprimir a la gente sin juicio ni investigación. Pueden secuestrarte, encarcelarte, registrarte, intimidarte, torturarte y matarte», denunció a la AFP Tatiana Sporycheva, una activista de los derechos humanos que defendió a Berezikov.
En Rostov del Don, en el sur de Rusia, Berezikov se había forjado una reputación de anticonformista, apasionado de la música experimental y férreo opositor al presidente ruso, Vladimir Putin.
Pasión por la música
El activista de barba y pelo largo y rubio, nació en 1983 en la ciudad de Bisk, en Siberia. En el 2010 se mudó a Rostov, donde empezó a frecuentar la escena cultural alternativa.
«Trabajaba como tatuador y perforador corporal. Fabricaba máquinas de tatuar y las vendía», contó uno de sus amigos a la AFP bajo condición de anonimato.
Los allegados de Berezikov también han sido perseguidos por los servicios de seguridad. El hombre, de 40 años, fabricaba también sintetizadores analógicos para sus experimentaciones de música.
«Era un técnico caído del cielo», recuerda Valentin Sokhorev, de 52 años.
En una foto de 2019, se le ve en pantalones cortos, con el torso desnudo, en un mercado de segunda mano lleno de nieve. Así solía vestirse, tanto en invierno como en verano. Solía desplazarse en bicicleta.
Detenciones y tortura
Al mismo tiempo, Berezikov estaba involucrado en el movimiento anticorrupción de Alexéi Navalni, prohibido en 2021.
Como opositor a la intervención militar rusa en Ucrania, afirmó haber difundido carteles del proyecto ucraniano «Quiero vivir», que ofrece a los soldados rusos una guía sobre cómo rendirse.
Berezikov fue detenido el 11 de mayo de 2023 por la Policía y condenado a tres cortas penas de cárcel consecutivas por presuntos delitos menores, reflejando una tendencia usada contra los críticos del Kremlin antes de que se presenten cargos más graves.
Durante su detención, fue golpeado y torturado con descargas eléctricas, según sus abogados.
La activista Tatiana Sporycheva lo vio en el tribunal el 31 de mayo. En un video que grabó, se le ve agotado. «Había adelgazado mucho», señaló. «No paraba de decir: 'Van a llevarme, voy a desaparecer y nadie me encontrará'», añadió.
Según la versión oficial, Berezikov murió el 14 de junio en detención tras ahorcarse en su celda. Sin embargo, no se ha hecho público ningún peritaje médico.
Las autoridades abrieron una investigación sobre los posibles abusos que podrían haber provocado el presunto suicidio.
Recientemente, Sporycheva y la abogada Irina Gak, que también investigaban su muerte, se vieron obligadas a huir de Rusia tras recibir amenazas de los servicios de seguridad.
Un abogado de la oenegé rusa de defensa de derechos humanos Pervy Otdel tomó el relevo bajo anonimato. La familia de Berezikov, por su parte, no habla con la prensa por razones de seguridad.
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