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04 de mayo de 2024

Carmen de Carlos
Verónica DaltoElecciones Argentina

El principio del fin del kirchnerismo original: no hay reemplazo para Cristina Fernández

En caso de derrota, la crisis del kirchnerismo sería total, y sólo tendría presencia en el Congreso

Actualizada 08:32

GR3012. BUENOS AIRES (ARGENTINA), 19/10/2023.- La senadora Cristina Fernández, primera dama de Argentina, acomoda la banda presidencial a su esposo Néstor Kirchner, durante la ceremonia religiosa en la Catedral de Buenos Aires, posterior a la investidura del Jefe de Estado, el 25 de mayo del 2003, en Buenos Aires (Argentina). Las elecciones presidenciales que se celebran en Argentina el próximo 22 de octubre encuentran al kirchnerismo, ala del peronismo vinculada al ya fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y a la actual vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández (2007-2015), en medio de una profunda crisis y sin un claro reemplazo. EFE/Jorge Aloy/ARCHIVO

Cristina Fernández, acomoda la banda presidencial a Néstor Kirchner el 25 de mayo del 2003,EFE

Las elecciones presidenciales que se celebran en Argentina este domingo 22 de octubre encuentran al kirchnerismo, ala del peronismo vinculada al ya fallecido expresidente Néstor Kirchner (2003-2007) y a la actual vicepresidenta y exmandataria Cristina Fernández (2007-2015), en medio de una profunda crisis y sin un claro reemplazo.
Hace veinte años Néstor Kirchner llegó al poder, pero dos décadas después, esa línea política carece de un candidato presidencial 'sensu stricto' y sí con alguien que en el pasado fue considerado un «traidor»: el ministro de Economía, Sergio Massa, quien a pesar de todo ha sido «bendecido» por Cristina y lleva como segundo en su candidatura (vicepresidente) al hoy jefe de gabinete, Agustín Rossi, cercano al kirchnerismo.
«Primero le entregan la economía a Massa y después le entregan la política», describe a Efe el politólogo Pablo Touzón.
«No hay concesión más grande, y es cuando se ve en términos históricos el propio agotamiento del kirchnerismo, que le entrega las llaves, aunque sea parcialmente, a su más grande 'challenger', su más grande traidor», explica.
Massa fue en 2009 jefe de gabinete de la entonces mandataria Cristina Fernández, pero luego fundó el Frente Renovador, con el que ganó las elecciones legislativas de 2013 al candidato de la expresidenta, Martín Insaurralde, hoy investigado por presunta corrupción. Fue entonces cuando prometió terminar con el resto del movimiento.
Ya la fórmula que se alzó victoriosa en 2019 llevaba como candidato a la Presidencia de la República a Alberto Fernández –también considerado por el kirchnerismo como un «traidor»– y a Cristina Fernández como vicepresidenta.

El kirchnerismo no puede ir primeroel politólogo Pablo Touzón

«El kirchnerismo no puede ir primero» y «ahí tenemos una especie de adelanto de lo que uno podría considerar el agotamiento del ciclo vital en términos de poder y política del kirchnerismo», afirma Touzón.
Ademas, según este politólogo, la sociedad no jaleaba el regreso de Cristina Fernández en 2019, sino que fue el «fracaso» de Mauricio Macri (2015-2019) «el que le subsidió el retorno». Massa es la expresión de la «situación de crisis sistémica» que está teniendo el kirchnerismo, agrega.
El kirchnerismo busca refugiarse en estas elecciones en el Congreso –Máximo Kirchner, hijo de Néstor y Cristina, es candidato a diputado– y en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, su gran feudo, mediante la reelección de Axel Kicillof.
Un triunfo de Kicillof sería posible por el voto dividido de la oposición, a pesar del «agotamiento del movimiento que lo trajo al poder», dice Touzón, quien recuerda que el gobernador bonaerense ya ha dado muestras de que «se tiene que reinventar».

Si pierden la provincia de Buenos Aires, no se van a poder reconstruirEl politólogo Pablo Touzón.

En caso de derrota, la crisis del kirchnerismo sería total, y sólo tendría presencia en el Congreso, después de que candidatos afines perdiesen en las recientes elecciones celebradas en las provincias de San Juan, San Luis, Chaco, Santa Fe, y hasta en su propio feudo, Santa Cruz, provincia que Néstor Kirchner gobernó consecutivamente en tres mandatos (1991-2003).«Si pierden la provincia de Buenos Aires, no se van a poder reconstruir», vaticina Touzón.
El oficialismo ya perdió las legislativas de 'medio término' de 2021 y prevé otra derrota este 2023, debido a una economía que entre sus debilidades tiene una inflación que en septiembre trepó a 138,3 % interanual.

Cristina Kirchner, oficialista y oposición

Fernández no participa de la campaña, con la «ilusión» de que Massa sea derrotado: «Es como si fuese una fila de un fusilamiento, todos dieron un paso atrás y solo quedó Massa», dejándole la defensa y «todo el peso de lo que ha sido el Gobierno del Frente de Todos», afirma.
«Sobre todo, no lo defiende Cristina, que es la primera opositora, con Máximo Kirchner», dice Touzón, quien recuerda que el programa de Gobierno de Alberto Fernández fue «boicoteado sistemáticamente por el kirchnerismo».
«El kirchnerismo tenía más un sistema de vetos que una especie de hipótesis de reemplazo», o sea, «sabe lo que no quiere, no sabe qué quiere y no sabe cómo hacerlo», afirma Touzón.

Un nuevo peronismo

Sin embargo, «el fin del kirchnerismo es algo que todavía no sucedió» y sólo llegará cuando «otro peronismo tome su lugar», es decir, «otro 'ismo' dentro del peronismo».
Para el politólogo, «una (eventual) presidencia en serio de Sergio Massa implica necesariamente un conflicto con Cristina».
Si Massa llega al balotaje del 19 de noviembre, saldrá «empoderado» aunque pierda, porque llevó a ese nivel a un oficialismo que casi tuvo que marcharse tras la derrota en las elecciones de 2021 y la salida del ministro de Economía Martín Guzmán en 2022.
Si gana Javier Milei, Massa sería «una especie de titiritero del Parlamento», porque Massa «tiene colonizadas las listas» del libertario, y le permitiría «el juego de la resistencia sin la responsabilidad del poder».
Pero si ganara Patricia Bullrich, candidata de la coalición opositora Juntos por el Cambio (centroderecha), para Cristina Fernández y sus seguidores «sería más problemático», porque su principal promesa es «terminar con el kirchnerismo».

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