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15 de mayo de 2024

Michelle O'Neill, líder de Sinn Féin, y nueva ministra principal de Irlanda del Norte

Michelle O'Neill, líder de Sinn Féin, y nueva ministra principal de Irlanda del NortePaul Faith / AFP

Perfil de la nueva ministra principal de Irlanda del Norte

Michelle O'Neill, un nacionalismo sin sangre en las manos

La recién nombrada ministra principal de Irlanda del Norte, combina fuertes principios con pragmatismo

La decisión adoptada, casi inesperadamente, en la noche del jueves al viernes por el Partido Unionista Democrático (Dup en sus siglas en inglés, principal partidaria de mantener los vínculos con Gran Bretaña) de dar por finalizada su obstrucción de casi dos años al gobierno de poder compartido ha abierto por fin la puerta a que Michelle O'Neill se convierta en primera ministra de Irlanda del Norte, el máximo cargo de una coalición cuatripartita que toma posesión hoy domingo.
O'Neill se convertiría así en la primera política del bando nacionalista irlandés de la sempiterna división política y religiosa de Irlanda del Norte en ocupar tan simbólico y estratégico cargo.
Pero más allá del consiguiente desbloqueo de una situación que se tornaba imposible -el Dup no cedía en las modalidades de aplicación de las reglas aduaneras post-Brexit-, la llegada de O'Neill al castillo de Stormont (sede del Ejecutivo norirlandés) supone un cambio de paradigma en el proceloso y frágil tablero político del Ulster. Por su pertenencia al Sinn Fein (antaño brazo político del IRA), obviamente, y también por el relevo generacional que representa en el seno del nacionalismo republicano.
O'Neill, no carece, antes al contrario, de linaje bien marcado ideológicamente: Su padre, Brendan Doris, fue prisionero del IRA Provisional y concejal del Sinn Féin. Su tío Paul Doris es ex presidente nacional del Comité Irlandés de Ayuda al Norte. Un primo, Tony Doris, fue uno de los tres miembros del IRA muertos en una emboscada del Servicio Aéreo Especial (unidad de élite del Ejército británico) en 1991. Otro primo, el voluntario del IRA Gareth Malachy Doris, resultó herido de bala durante el atentado de Coalisland en 1997, un año antes de alto el fuego.
Más ella, nacida en 1977, si bien bebió desde niña en la ideología de su familia, se forjó políticamente con los Acuerdos del Viernes Santo de 1998, que pusieron fin a tres décadas de violencia en Irlanda del Norte. Dicho de otra forma: para escalar los peldaños de la cúpula del Sinn Féin, no tuvo que exhibir antecedentes terroristas, a diferencia, pongamos por caso, de un Martin McGuiness, primer vicepresidente nacionalista del primer Ejecutivo cuadripartito instaurado a raíz de los Acuerdos.
No, el ascenso de O’Neill -diputada en la Asamblea de Irlanda del Norte ininterrumpidamente desde 2007- se ha producido como en cualquier partido en una democracia pacífica, es decir, a base de tesón, astucia, eliminación sin contemplaciones de cualquier compañero que se le cruzara por el camino y capacidad de adaptación a las circunstancias.
Esta última pericia la demostró con creces durante el verano de 2022. En agosto de aquel año, preguntada por el terrorismo del IRA, respondió: «Creo que en aquel momento no había alternativa, pero ahora, afortunadamente, tenemos una alternativa al conflicto, y es el Acuerdo del Viernes Santo; por eso es tan valioso para todos nosotros».
Pragmatismo y cinismo en estado puro. Unas semanas más tarde rompió con la tradición republicana norirlandesa y acudió, en su calidad de viceprimera ministra, a los funerales de la Reina Isabel II. Repitió la jugada unos meses más tarde con motivo de la coronación de Carlos III.
«Obviamente quería estar aquí. Vivimos tiempos de cambio y era lo más respetuoso, mostrar respeto y estar aquí por toda esa gente en casa, a la que había dicho que sería un primer ministro para todos. Asistir aquí es honrar eso y cumplir mi promesa», se justificó O’Neill en ese entonces.
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