El presidente francés Emmanuel Macron
Macron desplaza a España de las relaciones UE-Mercosur y boicotea el acuerdo comercial
Macron ha descartado definitivamente el borrador del acuerdo y exige redactarlo de nuevo en función de las exigencias francesas
El presidente francés, Emmanuel Macron, ha ostentado –al igual que casi todos los presidentes galos, por otro lado– una asombrosa capacidad de mutar de un perfil europeísta radical a un radical nacionalismo francés prácticamente sin despeinarse.
El paladín de la unidad europea no ha dudado en boicotear el acuerdo comercial entre la Unión Europea y Mercosur y ha apartado a España como país de referencia en las relaciones entre Europa y las naciones sudamericanas.
Macros definió el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el bloque de Mercosur como «muy mal» y empleó argumentos climáticos y medioambientales.
En una reunión en Sao Paulo con empresarios brasileños, Macron afirmó que «tal y como se está negociando hoy, es un muy mal acuerdo, tanto para vosotros como para nosotros».
Macron lamentó que en el borrador del acuerdo «no hay nada que tenga en cuenta el tema de la biodiversidad y el clima, nada». «Debemos forjar un nuevo acuerdo a la luz de nuestros objetivos y nuestra realidad, un acuerdo comercial que se responsabilice del desarrollo, del clima y de la biodiversidad».
Sin embargo, ¿cuál es el verdadero motivo de la negativa francesa? Principalmente un proteccionismo nacionalista para proteger los productos agrícolas franceses ante una inundación de productos procedentes de los países de Mercosur.
El acuerdo comercial, precisamente, estuvo detrás de las manifestaciones masivas de agricultores franceses hace unos meses que colapsaron las carreteras de país durante semanas.
¿Y cuál es el papel de España en esta negociación? Ninguno. O al menos, muy secundario. La batuta la tiene Macron en sus manos y marca el ritmo al resto de la Unión Europea con la vista puesta en sus intereses nacionales.
El acuerdo con Mercosur, sin embargo, es vital para el conjunto de la Unión Europea, y, en particular, para España.
Crearía un mercado entre la Unión Europea e Iberoamérica «de más de 770 millones de personas» y «un PIB combinado de 18 billones de europeos».
En contra de los intereses de los 27 Estados de la Unión Europea, Macron insistió en lanzar a la papelera todo el trabajo realizado hasta ahora y empezar de cero las negociaciones y la redacción del acuerdo a partir de las exigencias de París.
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