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Aquilino Cayuela
AnálisisAquilino Cayuela

El último duelo: debate a cuatro para las elecciones alemanas

Tras el nuevo atentado de un solicitante de asilo, un afgano de 24 años, este viernes en Múnich la seguridad interior y la gestión de la inmigración desempeñan un papel importante en el cara a cara

Actualizada 15:51

Friedrich Merz (CL), candidato a canciller y presidente de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), Alice Weidel (I), candidata a canciller de Alternativa para Alemania (AfD

Friedrich Merz, candidato de la CDU, Alice Weidel, candidata a AfDEFE

Por primera vez en esta campaña electoral, los candidatos a la cancillería de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania (CDU), Alternativa para Alemania (AfD), Socialdemócratas (SPD) y Los Verdes se enfrentan directamente en un debate televisivo emitido en las cadenas RTL, n-tv y Stern. ¿Quién puede ganar?

Este domingo por la noche es importante para el socialista Olaf Scholz (SPD) y el vicecanciller Robert Habeck, de Los Verdes: en el último debate a cuatro. Por primera vez, en esta campaña electoral, los cuatro candidatos a la cancillería de la Unión, AfD, SPD y Los Verdes se enfrentarán directamente en televisión.

La Unión está claramente a la cabeza con alrededor del 30 por ciento, seguida de la AfD con alrededor del 20 por ciento, y luego el SPD y Los Verdes con entre el 14 y el 16 por ciento. Hasta ahora, estos valores parecen haberse estancado.

Un tema curioso: el cambio climático ha desaparecido del debate político en Alemania. Ni siquiera Los Verdes, el partido ecologista, incluye este asunto climático en su propaganda. El tema ha perdido relevancia en las encuestas, más bien es anti-popular dada la situación energética alemana, el estar en pleno invierno y el encarecimiento de la vida del alemán medio.

Lo que importa en el debate televisivo

Siete días antes de las elecciones al Bundestag, el SPD y los Verdes se aferran a una débil esperanza: los indecisos. El canciller Olaf Scholz dijo recientemente en la cadena ZDF que quiere ganar y que sabe cuántos están todavía muy indecisos. Por eso, está muy seguro de que muchos de los que ahora están inseguros se decidirán por él. Según el instituto de sondeos, entre el 30 y el 40 % de los alemanes aún no saben a quién van a votar al final.

La Unión está claramente a la cabeza con alrededor del 30 por ciento, seguida de la AfD con alrededor del 20 por ciento, y luego el SPD y Los Verdes con entre el 14 y el 16 por ciento. Hasta ahora, estos valores parecen haberse consolidado.

A veces suben un punto porcentual, a veces bajan, pero en las últimas semanas no se ha observado mucha dinámica.

En cualquier caso, a Scholz el cuadrilátero televisivo no le va muy bien, con todo el SPD quiere presentar a su candidato como el único que tiene alguna posibilidad de disputarle la cancillería a Friedrich Merz. Después de que las cadenas de televisión públicas y, en un principio, también RTL, anunciaran un duelo de este tipo entre el canciller y el rival de la Unión que va en cabeza en las encuestas. Los Verdes se mostraron amargamente contrariados, entre otros, ya que, a fin de cuentas, están a pocos puntos porcentuales del SPD, o incluso empatados.

Tras el nuevo atentado de un solicitante de asilo, un afgano de 24 años, el viernes en Múnich la seguridad interior y la gestión de la inmigración desempeñan un papel importante en el debate televisivo.

Friedrich Merz ya había anunciado que ordenaría el cierre de las fronteras el primer día de su mandato como canciller, pero el SPD se opone a ello.

Si bien el «cambio climático» ha desaparecido del debate y de los programas políticos, incluido el de Los Verdes, lo climático se ha convertido en un contratema y no goza de popularidad. Ahora, son la inmigración, la seguridad y la economía quienes monopolizan la agenda de los partidos políticos de cara a las elecciones. Pero el atentado de Múnich ha centrado el debate en el problema migratorio, subiendo la ventaja de Alternativa para Alemania (AfD). Dos días después del atentado contra una manifestación del sindicato alemán de servicios, de los afectados una niña de dos años y su madre de 37 han muerto a consecuencia de las graves heridas sufridas.

El canciller federal Olaf Scholz (SPD) acudió al lugar del atentado y depositó una rosa blanca en un monumento improvisado. Han sido cuarenta personas las heridas. El fiscal superior de la Oficina Central de Lucha contra el Extremismo y el Terrorismo (ZET) de la Fiscalía de Múnich, citó a los agentes de Policía que detuvieron al terrorista y han confirmado que el conductor gritó «Allahu Akbar» tras el atentado como indicio de una motivación islamista.

El joven de 24 años también admitió que había conducido deliberadamente el coche hasta el final de la manifestación del sindicato unificado de servicios. Aunque la investigación se encuentra todavía en curso se confirmó su trasfondo islamista. Entre otras cosas, porque se han analizado los chats del terrorista y se ha filtrado que el delito tiene una motivación religiosa y «debe entenderse como un atentado contra el orden básico democrático libre».

La campaña electoral está en su momento más alto y este atentado focaliza la preocupación de los ciudadanos en la seguridad interior de la República Federal de Alemania.

Para más inri el afgano que cometió el crimen, aunque tenía la denegación de su solicitud de asilo (de octubre de 2020) y había mentido sobre su historia de huida, sin embargo, se benefició de una decisión de tolerancia que la ciudad de Múnich emitió en octubre de 2021, por la que obtuvo un permiso de residencia.

Este hecho favorece ante la opinión pública los argumentes de buena parte del CDU/CSU y principalmente los más rotundos de AfD acerca del exceso de tolerancia y la falta de control con la inmigración que afecta a nuestras sociedades europeas.

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