China se queja del veto a Huawei pero impone el suyo a artículos del exterior por temor al espionaje

El régimen chino no atraviesa su mejor momento. El esfuerzo por presentarse al mundo como un gigante lleno de oportunidades para hacer negocios, –sin otras intenciones ocultas–, ha caído, finalmente, en saco roto. Eso explica sus problemas con Tik Tok y Huawei en Estados Unidos, Canadá y entre otros, la Unión Europea.

Salvo en España, donde la Comisión ya ha llamado la atención al Gobierno de Pedro Sánchez por entregar a Huawei las escuchas judiciales, un tema de alta sensibilidad, en el resto de Europa se han cuidado mucho de abrir puertas al régimen de Xi Jinping de contenidos que puedan afectar a la seguridad nacional.

Sin pausa, la expansión de China en Occidente se está encontrando con muros inesperados que levantan ampollas en el bureau del Partid Comunista, el mismo que no duda en impedir la salida de ciudadanos estadounidenses si intuye que pueden facilitar información del país. Sus quejas por los obstáculos que se están encontrando ahora chocan con sus políticas de vetos, censura y detenciones de extranjeros.

En 2023, pidió la movilización de toda la sociedad para «prevenir y combatir el espionaje», y anunció una serie de medidas para «reforzar la defensa nacional» contra «las actividades de inteligencia extranjeras». Algunas las recuerda de forma insistente.

Lo irónico es que mientras Pekín se queja de la discriminación a sus empresas, las autoridades chinas han alertado a sus ciudadanos del potencial riesgo de artículos adquiridos o recibidos durante viajes al extranjero. Advierten que podrían representar una amenaza para la seguridad nacional.

Según un comunicado difundido por el Ministerio de Seguridad del Estado en su cuenta oficial en la red social Wechat, –recogido por Efe– algunos objetos como recuerdos, plantas o accesorios pueden esconder elementos que, de manera directa o indirecta, «perjudican a la soberanía y la integridad territorial de China» o «amenazan su salud pública y seguridad biológica».

El texto advierte, en primer lugar, sobre la introducción no autorizada de especies vivas.

Determinados animales o plantas adquiridos como productos locales pueden transportar plagas o agentes patógenos que, una vez en territorio chino, podrían propagarse o desplazar a especies autóctonas, generando desequilibrios ecológicos y poniendo en peligro la producción agrícola, explica.

Asimismo, se alerta contra la compra de mapas que no se ajusten a los estándares fijados por las autoridades chinas, que obligan a reflejar en ellos las reclamaciones territoriales del gigante asiático.

Otro foco de preocupación en el comunicado es la posible manipulación de objetos cotidianos como colgantes, llaveros o joyería, que podrían haber sido modificados con fines de vigilancia o espionaje.

Funcionarios y profesores

Según las autoridades, estos artículos pueden ser ofrecidos de forma insistente a ciertos perfiles específicos, como funcionarios, personal de instituciones sensibles o miembros de la comunidad académica, con la intención de obtener información confidencial mediante dispositivos de grabación, escucha o geolocalización incorporados de manera encubierta.

Frente a estos escenarios, el Ministerio instó a los ciudadanos a mantener una actitud cautelosa a la hora de adquirir o aceptar recuerdos durante sus desplazamientos al extranjero.

El Ministerio de Seguridad del Estado informa periódicamente en su cuenta oficial en WeChat de casos de espionaje y ha pedido reiteradamente a la ciudadanía china que desconfíe de ofertas laborales o solicitudes de información sospechosas, especialmente provenientes de fuentes extranjeras, y que evite compartir datos confidenciales en Internet.