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François Bayrou, primer ministro francés

François Bayrou, primer ministro francésAFP

Bayrou anuncia que se someterá a una moción de confianza ante las críticas por sus presupuestos

Amenazado por la censura y por la huelga, el mandatario invoca el artículo 49.1 de la Constitución para el próximo 8 de septiembre

Igual que los niños pequeños que temen el final del verano porque significa el fin de los días de libertad y el regreso a las clases y los libros, el primer ministro francés, François Bayrou, ve con tristeza en el calendario cómo se acerca el fin de la temporada estival y el regreso a la rutina. Una rutina que para él no significará tener que estudiar, sino, probablemente, la caída de su Gobierno.

Después de presentar en julio una ley presupuestaria que contempla un ajuste de 44.000 millones de euros –para lo que espera medidas muy criticadas como suprimir dos días festivos–, el mandatario se ha enfrentado al rechazo de la oposición política, que espera censurarle cuando presente la ley, y de las calles. Varias organizaciones sindicales ya han hecho una llamada para, a partir del 10 de septiembre, bloquear el país con una huelga general que podría seguir enturbiando el ambiente de un país que vive en agonía.

Buscando adelantarse a estos acontecimientos, Bayrou ha convocado una rueda de prensa este lunes y ha adelantado que, el próximo 8 de septiembre –dos semanas antes de que regrese la actividad parlamentaria en el país–, se someterá a una moción de confianza en una sesión extraordinaria en la Asamblea Nacional. El mandatario ha defendido esta medida asegurando que el lugar para discutir los presupuestos «es el Parlamento y no el desorden en las calles», y resignándose ante lo que podría pasar. «Si tienes mayoría, el Gobierno sale confirmado. Si no la tiene, el Gobierno cae», apuntó.

El primer ministro no tiene mayoría porque la Asamblea Nacional está dividida en tres grupos –izquierda, macronistas y lepenistas– que dificultan mucho cualquier pacto o medida. El objetivo de Bayrou parece ser contentar a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen y que no se sumen a la censura, tal como ha pasado en las ocho veces que la izquierda ha intentado tumbar al dirigente en estos últimos meses y no ha podido.

François Bayrou junto a Emmanuel Macron

François Bayrou junto a Emmanuel MacronAFP

Sin embargo, la formación de Le Pen ha rechazado desde el principio este plan presupuestario de Bayrou y han amenazado con votar junto a la izquierda para censurarle, pero en principio parece que se esperarán a que se presente en la Asamblea la ley, en octubre. Si deciden adelantarse en el calendario y votar en contra en la moción de confianza, Bayrou tendrá que dimitir y Francia se encaminará a una nueva crisis mayúscula, con protestas en las calles y un Gobierno condenado a caer a las primeras de cambio.

En ese caso, el presidente de la República, Emmanuel Macron, tendrá que verse en el dilema de pasarle la papeleta a un nuevo primer ministro o convocar nuevas elecciones parlamentarias, que podrían ahondar en el descontento hacia su mandato que ya se hizo visible en las europeas del año pasado.

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