Bayrou estrechándole la mano a Macron
Bayrou presenta su dimisión a Macron, que se prepara para nombrar un nuevo primer ministro
El primer ministro de Francia, François Bayrou, ha abandonado su residencia en Matignon y se ha dirigido al Elíseo, donde le ha presentado su dimisión al presidente de la República, Emmanuel Macron. Era el siguiente paso a dar después de su incontestable derrota en la moción de confianza de ayer –194 votos favorables y 364 en contra–, y que supone el tercer gobierno que cae en Francia en poco más de un año. El cuarto en el segundo mandato de Macron.
Ahora el presidente francés tiene la opción de convocar nuevas elecciones legislativas (las últimas fueron en el verano de 2024) o nombrar a un nuevo primer ministro, algo que no resolvería la crisis pues la situación en la Asamblea Nacional continúa empantanada. Sin embargo, ese es el camino que seguirá el presidente, según ha comunicado el Elíseo.
«Necesitamos con urgencia nombrar a un nuevo primer ministro», ha afirmado el ministro del Interior, Bruno Retailleau, aunque, paradójicamente, ha sido él quien ha puesto trabas a la idea de Macron de nombrar como dirigente al socialista Olivier Faure en un intento de contentar a la izquierda. «Es inconcebible que el primer ministro sea socialista. El proyecto que propone ese partido no se corresponde con lo que desean la mayoría de los franceses, que son más bien de derechas», ha asegurado Retailleau.
Por otra parte, la líder del Reagrupamiento Nacional (RN), Marine Le Pen, ha afirmado que el macronismo «ha tocado fondo». «Incapaz ya de sacar al país del caos en el que está sumido desde hace ocho años, la propuesta de Gabriel Attal de nombrar un mediador equivaldría a nombrar un árbitro para un partido cuando todos los equipos han abandonado el campo», ha sentenciado la líder de la oposición.
Tanto las fuerzas más conservadoras como las más escoradas a la izquierda, destacando La Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, van más allá y piden la dimisión de Macron, aunque varias voces desde dentro del Elíseo han descartado esta posibilidad. En su empeño, Manuel Bompard, coordinador de LFI, ha anunciado que su formación presentará una moción de destitución al presidente de la República, aunque este procedimiento es extremadamente difícil de llevar a cabo.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, pronuncia un discurso en el Hotel de Brienne de París
Sea como fuere, la pelota está ahora en el tejado del presidente. Y el tiempo apremia. Aunque Bayrou seguirá en funciones hasta que se nombre a su sucesor, Macron no se puede demorar pues los presupuestos deberían debatirse el próximo mes en la Asamblea Nacional para ser promulgados en diciembre.
Unos presupuestos que han supuesto la caída de Bayrou –y de su predecesor, Michel Barnier– y que son la gran prioridad de una Francia que tiene una deuda de tres billones de euros que corresponde al 113 % del PIB. Los recortes de 44.000 millones de Bayrou quedan ahora en el limbo, mientras las cuentas públicas francesas se siguen desangrando.
Por si la empantada situación política fuera poco, la situación en las calles no es mucho mejor. Este miércoles está convocada una jornada de huelga bajo el lema 'Bloqueemos todo' donde se espera que varias organizaciones de izquierdas tomen las calles de las principales ciudades. El viernes, por su parte, la agencia de calificación Fitch publicará el rattting del país, es decir, la nota que indica la capacidad que tienen para pagar su deuda. Por ahora, calentando motores, la prima de riesgo francesa ha superado a la italiana y se ha convertido en la más alta de la zona euro. Solamente en 1998 se había dado una situación similar. Los tiempos modernos de Chaplin.