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Una mujer observa la destrucción causada por un ataque israelí en la escuela Al-Farabi, en el centro de la ciudad de Gaza

Una mujer observa la destrucción causada por un ataque israelí en la escuela Al-Farabi, en el centro de la ciudad de GazaAFP

Muertos en Gaza: verdades, mentiras y cifras que enfrentan a ambos bandos

La escalada en el conflicto, que ha cumplido dos años esta misma semana, ha provocado decenas y decenas de miles de muertos

Este martes se han cumplido dos años de los ataques terroristas de Hamás en territorio israelí, una escalada en un conflicto de décadas y décadas de duración que dejó 1.139 israelíes muertos y unos 240 tomados como rehenes –48 de ellos siguen en la franja de Gaza, se cree que 20 con vida–. Como respuesta, el país hebreo lanzó una brutal campaña contra la Franja, de apenas 365 km², convirtiéndola en uno de los lugares más destruidos y castigados del planeta.

Cifrar los muertos en un conflicto es siempre tarea harto complicada. Cada bando ofrece los números que le interesan y que le sirven para sostener relatos, alimentar la moral en sus filas y justificar decisiones. Sin embargo, tras dos largos años de bombardeos y muerte, son varios quienes se han atrevido a numerar lo ocurrido.

Según un estudio dirigido por el economista Michael Spagat, de la Universidad de Londres, y el politólogo palestino Khalil Shikaki, del Centro Palestino de Investigación Política y Encuestas (PCPSR), alrededor de 83.000 palestinos habrían muerto hasta comienzos de enero de 2025 –habría que añadir a esas cifras varios miles de muertos más, especialmente tras la ofensiva para tomar Ciudad de Gaza este verano–. De esos 80.000, alrededor de 75.000 serían víctimas directas de la guerra –por bombardeos, ataques terrestres o fuego cruzado– y unas 8.500, muertes indirectas derivadas de la desnutrición, las enfermedades o la falta de atención médica. Esta información fue publicada y analizada por Haaretz, uno de los principales medios israelíes, lo que refuerza la credibilidad de los datos a pesar de provenir de fuentes palestinas. El estudio, que entrevistó a 2.000 hogares en toda la Franja, estima que la cifra real podría ser un 60 % superior a la reportada por el Ministerio de Salud de Gaza, bajo control de Hamás.

Pese a las dudas sobre la independencia del Ministerio, los investigadores consideran que sus registros –que incluyen nombre, edad, sexo y número de identificación– son «en gran medida correctos». Estudios previos, publicados en la revista británica The Lancet, ya habían señalado que las listas oficiales tendían más a subestimar que a exagerar el número de muertos. Los datos, además, coinciden en la composición de las víctimas: un 30 % menores de edad, un 22 % mujeres y un 4 % personas mayores de 65 años. La mayoría, hombres jóvenes, aunque el estudio subraya que no es posible distinguir cuántos eran combatientes y cuántos civiles.

El investigador Spagat lo resume con una frase: «En Gaza murió el cuatro por ciento de la población. No hemos visto esto en ninguna otra guerra del siglo XXI». Si las proyecciones continúan, las muertes podrían superar las 100.000. Por ahora, las armas han callado y el acuerdo de paz de Trump parece salir adelante.

El Ministerio de Salud palestino reporta hasta la fecha más de 67.000 muertos, entre ellos al menos 20.000 niños. El medio qatarí Al Jazeera, citando datos de la ONU y organizaciones locales, eleva la cifra a cerca de 70.000 y advierte que miles de cuerpos siguen bajo los escombros. Si se confirma, significaría que uno de cada 33 habitantes de Gaza ha muerto desde octubre de 2023. El número de heridos supera los 169.000, muchos con amputaciones o lesiones permanentes. Unicef calcula que entre 3.000 y 4.000 niños han perdido uno o más miembros.

Palestinos desplazados caminan por un camino embarrado en medio de la destrucción en Jabalia, en el norte de la Franja de Gaza

Palestinos desplazados caminan por un camino embarrado en medio de la destrucción en Jabalia, en el norte de la franja de GazaAFP

El sistema sanitario, colapsado, ha sido otro de los grandes damnificados. La Organización Mundial de la Salud documenta más de 790 ataques a hospitales, clínicas y ambulancias. Al menos 125 instalaciones médicas han sido dañadas, 34 de ellas hospitales. Más de 1.700 médicos y trabajadores humanitarios han muerto en el ejercicio de su labor. Israel argumenta que muchos de esos centros eran utilizados por Hamás con fines militares, una afirmación que Naciones Unidas no ha podido verificar de forma independiente. Lo cierto es que, según la ONU, el 89 % de la red de agua y saneamiento de Gaza ha sido destruido o gravemente dañada, dejando a más del 90 % de la población sin acceso estable a agua potable.

La crisis humanitaria se extiende también al hambre. En agosto de 2025, el sistema de clasificación de seguridad alimentaria (IPC), respaldado por la ONU, confirmó que en Gaza existe una situación de hambruna –la primera reconocida oficialmente en Oriente Medio–, con casi un tercio de la población en niveles «catastróficos». Al menos 459 personas, entre ellas 154 niños, habrían muerto por inanición. El número de niños con desnutrición aguda se multiplicó por seis desde comienzos de año. La escasez de alimentos y la destrucción de infraestructuras básicas hacen prever que las cifras sigan aumentando incluso si la guerra se detuviera mañana.

A la devastación material se suma el colapso social. Según la ONU, el 92 % de los edificios residenciales han sido destruidos o dañados, al igual que el 88 % de los comercios. Más de dos millones de personas –casi toda la población de la Franja– se encuentran desplazadas. El Banco Mundial estima en 55.000 millones de dólares el valor de las pérdidas materiales. Y el sistema educativo, con 2.300 escuelas y 63 edificios universitarios destruidos, ha quedado reducido a escombros.

La guerra también ha golpeado a quienes la documentan. Según el proyecto de documentación Shireen Abu Akleh, cerca de 300 periodistas han muerto en Gaza desde 2023, entre ellos diez trabajadores de Al Jazeera. La ONU ha denunciado que el enclave se ha convertido en el lugar más mortífero del mundo para ejercer el periodismo. La mayoría de los reporteros extranjeros sigue sin poder entrar al territorio, mientras que los locales trabajan sin protección ni garantía alguna.

Israel, por su parte, sostiene que su ofensiva es una respuesta legítima a los ataques de Hamás, que causaron la muerte de más de un millar de israelíes. Alega que el grupo islamista utiliza a la población civil como escudo humano y que muchas de las cifras difundidas desde Gaza forman parte de una guerra de información. Sin embargo, organismos internacionales, investigadores independientes y agencias de la ONU coinciden en que la magnitud del daño humano en la Franja es excepcional y que las cifras, aunque varíen según la fuente, revelan una catástrofe humanitaria de escala histórica.

En contraste con la abundancia de datos provenientes de Gaza, el país hebreo no ha publicado ninguna cifra oficial sobre las víctimas palestinas. La guerra de octubre de 2023 es la primera en la que el Ejército israelí evita ofrecer estimaciones de muertos civiles o totales en el territorio enemigo. El único número que repiten los portavoces militares es el de 20.000 combatientes de Hamás eliminados, una cifra sin verificación independiente. El equipo de Spagat intentó rastrear los nombres de esos supuestos milicianos y solo logró confirmar unos pocos cientos.

Hace unas pocas semanas, una comisión independiente de Naciones Unidas concluyó que las acciones de Israel en Gaza constituyen actos de genocidio según la Convención de 1948. El informe citó pruebas de ataques sistemáticos contra civiles, el bloqueo deliberado de alimentos y medicinas y un patrón de destrucción planificada de infraestructura vital. El Tribunal Penal Internacional ha emitido una orden de detención contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, por presuntos crímenes de guerra. Sea como fuere, y mientras los gobiernos mundiales pierden el tiempo calificando los actos como una cosa u otra, la única realidad palpable es que cada día mueren decenas de personas en la Franja.

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