¿Qué se sabe del acuerdo entre Israel y Hamás?: dudas, plazos y letra pequeña del plan de paz de Trump para Gaza

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se arrogó el anuncio de que Israel y Hamás habían logrado un acuerdo sobre la primera fase de su plan para la franja de Gaza. Como si de una insólita casualidad se tratase, el presidente estadounidense proclamó su gran éxito tan solo un día antes de que se comunique el ganador del Premio Nobel de la Paz que tanto ansía. La noticia saltó mientras Trump presidía una mesa redonda para hablar de Antifa.

El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, se levantó de la mesa para entregar al presidente un papelito en el que, gracias a un fotógrafo de la agencia de noticias AP, se logra leer: «Muy cerca», subrayado hasta en dos ocasiones. «Necesito que apruebes pronto una publicación de Truth (Social) para que puedas anunciar el acuerdo primero», escribió Rubio. Horas después, y como ya suele ser habitual en la política de Trump, este acudió a su red social, sobre la 1 de la madrugada hora peninsular española, donde compartió: «Me enorgullece anunciar que Israel y Hamás han firmado la primera fase de nuestro plan de paz».

«Esto significa que TODOS los rehenes serán liberados muy pronto e Israel retirará sus tropas a una línea acordada como primer paso hacia una paz sólida, duradera y eterna» (mayúsculas incluidas). «Este es un GRAN día para el mundo árabe y musulmán, Israel, todas las naciones vecinas y los Estados Unidos de América, y agradecemos a los mediadores de Qatar, Egipto y Turquía, que han trabajado con nosotros para hacer realidad este acontecimiento histórico y sin precedentes», aseguró el republicano.

Liberación de los rehenes en 72 horas

A pesar del optimismo de Trump, gazatíes e israelíes han acogido con cautela el anuncio. Ya han visto en ocasiones anteriores cómo las treguas se desmoronaban y las bombas y las armas volvían a arreciar sobre la Franja. El diablo está en los detalles y, por ahora, Israel y Hamás tan solo han llegado a un acuerdo en lo que respecta a la primera fase del pacto, que establece un alto el fuego, la retirada parcial de las tropas hebreas de la Franja y el intercambio de presos palestinos por los 48 rehenes israelíes que aún retiene Hamás, 20 de los cuales se cree que están vivos.

Tras tres intensos días de negociaciones indirectas en la ciudad balneario de Sharm el-Sheij (Egipto), donde se trasladaron este miércoles los más altos perfiles de los países mediadores —Turquía, Qatar y Estados Unidos—, esto es lo que sabemos del acuerdo que han logrado pactar y que ya ha dejado en evidencia las primeras contradicciones. En un primer momento, estaba previsto que el alto el fuego entrara en vigor sobre el terreno en el mismo momento de la firma, es decir, a las 11:00 (hora peninsular) de este jueves.

De hecho, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) informaron del inicio de «preparativos operativos» para proceder a un repliegue de sus tropas en Gaza, que tendrán que retirarse hasta la conocida como «línea amarilla», manteniendo el control del 53 % del territorio. Sin embargo, la portavoz de la Oficina del primer ministro hebreo, Shosh Bedrosian, explicó durante una rueda de prensa que la tregua entrará en vigor 24 horas después de que el Gobierno de Israel apruebe el acuerdo, lo que retrasa su implementación hasta pasada la medianoche de este viernes. Así, Hamás informó de que Israel se comprometió a iniciar este viernes su retirada de las principales urbes de Gaza, incluidas Jan Yunis, Rafah y la Ciudad de Gaza.

Asimismo, se espera que los rehenes israelíes sean liberados entre este lunes y martes—un plazo de 72 horas—, empezando con los 20 vivos a cambio de la excarcelación de unos 2.000 presos palestinos, entre los que se incluyen 250 condenados a cadena perpetua, mientras que el resto son detenidos tras los atentados terroristas de Hamás del 7 de octubre de 2023, que precipitaron la actual guerra. Durante esta primera etapa también se contempla la entrada de ayuda humanitaria sin restricciones. Pero los verdaderos problemas llegan con la segunda fase del plan de paz, que el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ya evitó el pasado mes de marzo cuando retomó los bombardeos contra el enclave, rompiendo unilateralmente la tregua alcanzada en enero.

La segunda fase, la más problemática

La segunda fase, que se prevé más compleja y cuyas negociaciones deberían empezar una vez se liberen todos los rehenes, plantea la desmilitarización total de Gaza y de Hamás, así como la creación de un gobierno tecnócrata palestino supervisado por un organismo internacional presidido por el propio Trump y el exprimer ministro británico Tony Blair, entre otros líderes aún por anunciar. Estos puntos son los que generan más tensión, ya que la organización islamista palestina acepta entregar las armas ofensivas, pero no las defensivas, y se niega a la intervención extranjera en los asuntos internos de la Franja.

Por su parte, Israel no acepta su retirada militar total del enclave e insiste en permanecer en el territorio. Además, queda por definir cómo y quién formará parte de las Fuerza Internacional de Estabilización (ISF, por sus siglas en ingles) para garantizar la seguridad del territorio. Las negociaciones se mantienen con la mirada puesta en el cumplimiento de la primera etapa, para poder seguir avanzando hacia la total implementación del plan de 20 puntos de Trump. La comunidad internacional, en su conjunto, ha celebrado el acuerdo, y el optimismo, por ahora, supera las dudas y los cabos sueltos que aún quedan por limar de este pacto que pone fin a más de dos años de guerra que en muchas ocasiones ha colocado a Oriente Medio al borde del abismo.