Sebastian Kurz, excanciller austriaco
CIS, Tezanos y los paralelismos entre Sánchez y la caída de Kurz, «el niño bonito de la derecha europea»
Kurz tuvo que renunciar tras descubrirse que desviaba recursos del Estado para contratar a consultoras y medios que maquillaban la opinión pública
El barómetro de octubre del CIS, que coloca al PSOE 15 puntos por encima del PP pese a que todas las encuestas privadas apuntan justo en la dirección contraria, ha terminado por situar a José Félix Tezanos en el centro de la tormenta. En plena ebullición de los casos de ccorrupción, el veterano sociólogo ha disparado al alza las expectativas de Pedro Sánchez hasta niveles inéditos, avivando las sospechas de manipulación demoscópica desde un organismo público que, según la oposición, se ha convertido en el «departamento de propaganda» del Gobierno.
La polémica recuerda inevitablemente al escándalo que, hace apenas cuatro años, derribó a Sebastian Kurz en Austria. Entonces, el joven canciller conservador –apodado por la prensa «el niño bonito de la derecha europea»– tuvo que dimitir tras descubrirse que había utilizado fondos públicos para financiar encuestas y artículos favorables a su partido, el ÖVP. La Fiscalía austríaca destapó que desde el Ministerio de Finanzas se desviaban recursos del Estado para contratar a consultoras y medios que maquillaban la opinión pública, mientras el propio Kurz vendía su imagen de gestor eficaz y reformista.
En octubre de 2021, la Policía registró la sede del Gobierno, el partido y varias redacciones. La presión política y judicial fue enorme y Kurz renunció entre lágrimas, alegando que no quería condenar a Austria a meses de «bloqueo» institucional, aunque negó las acusaciones.
En España, la comparación resulta inevitable. El CIS, bajo la batuta de Tezanos, se ha convertido en un actor político más, cuya credibilidad se erosiona con cada barómetro. El último, con un PSOE en el 34,3 % y un PP hundido en el 19,8 %, ha provocado incluso malestar entre socialistas que reconocen en privado que los datos «no se sostienen».
Pedro Sánchez, lejos de rectificar, ha blindado a Tezanos. En abril, el Consejo de Ministros lo ascendió al rango de subsecretario –por encima del nivel de director general–, consolidando su poder dentro del organismo. Desde el PSOE se insiste en que el CIS «solo mide tendencias» y que las encuestas privadas, financiadas por empresas, son tan interesadas o más. Pero la desconfianza ciudadana crece, y los partidos de la oposición han aprovechado para plantear una reforma legal que obligue a someter al presidente del CIS a una comparecencia parlamentaria antes de su nombramiento y a vetar candidatos con vínculos recientes con partidos políticos.
En el caso de Kurz, las consecuencias fueron inmediatas y devastadoras. La justicia intervino, su partido se fracturó y él acabó retirándose de la política a los 35 años. En España, el tiempo dirá.