El presidente Donald Trump y el dictador Nicolás Maduro
Qué puede hacer la CIA en Venezuela: rutas y atajos para terminar con el régimen de Maduro
La autorización para que la agencia de inteligencia opere dentro de Venezuela provocó una alerta máxima en el seno del régimen chavista y parece ser la carga final contra el cartel y sus cabecillas
Como si no fuera suficiente el inusual y formidable despliegue militar de los Estados Unidos en el Caribe, a escasos 12 kilómetros de las costas venezolanas, ahora conocemos la autorización que el presidente Donald Trump le ha dado a la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para desarrollar acciones encubiertas en territorio venezolano.
Se trata de una orden clasificada y puesta por escrito que autoriza formalmente acciones encubiertas «consideradas esenciales para la seguridad nacional de Estados Unidos y para lograr objetivos de política exterior» que son los dos objetivos básicos de este tipo de memorando. Constituye, además, la base legal para justificar tales acciones, pues el presidente tiene que informar a los comités de inteligencia del Congreso sobre ese tipo de decisiones.
La noticia acerca de los sobrevuelos hizo estallar las redes sociales y provocó una alerta máxima en el seno del régimen de Maduro, pero la autorización presidencial a la CIA, confirmada por el propio presidente Trump el 15 de octubre, parece ser la carga final contra el cartel y sus cabecillas.
Ambas noticias no solo tienen un efecto psicológico devastador, sino que constituyen una amenaza real a la sobrevivencia del régimen, pues les envía el mensaje de que ya no hay lugar seguro para ellos en Venezuela, ya que significan que la administración Trump, dispone ahora de toda la información de inteligencia que requiere sobre las ubicaciones y movimientos de los líderes del cartel y sus acompañantes, así como de los lugares estratégicos de la fuerza armada bolivariana y sus aliados narcotraficantes en las fronteras, la ubicación de sus campamentos y sus laboratorios de droga.
Precisamente, para Miguel Henrique Otero, director de El Nacional, Estados Unidos buscaría «tener alguien en el terreno» que le confirme que las instalaciones de procesamiento de droga están en el preciso lugar y «eso no lo no lo pueden averiguar por satélite y por aviones espía, tienen que tener a alguien ahí que ubique los sitios».
Por otra parte, a partir de ahora, la incorporación de la CIA informa a la cúpula del Cartel de los Soles, que va ser blanco de acciones encubiertas por parte de sus operativos, ya sea en Venezuela o en otros lugares de la región.
Trump dijo al respecto: «autoricé a las operaciones de la CIA por dos razones, primero vaciaron sus prisiones y nos enviaron criminales, y la otra es el tema de la droga. Vienen muchas drogas por mar a Estados Unidos, pero ahora vamos a enfocarnos en tierra».
Esta narrativa es también la confirmación de que toda la Administración estadounidense está comprometida con el objetivo de sacar a Maduro del poder.
Así que, la autorización a la CIA amplia el papel de la agencia, más allá de la recopilación de inteligencia, y es el paso que faltaba en la intensificación de la campaña de presión de Trump contra Venezuela, con acciones directas, incluso dentro de territorio venezolano. En tal sentido, los principales funcionarios estadounidenses han sido claros en decir que el objetivo final es «expulsar a Maduro del poder».
Se trata, entonces, de algo más que presión psicológica y alcanza el nivel de amenaza real e inminente, pues implica que las operaciones sobre el terreno estarían por iniciarse, y eso significa asestar duros golpes a la estructura material y a los medios operativos del tráfico de drogas, así como causar bajas notables en las filas del cartel y sus aliados.
Sobre este tema, Otero señala que en el supuesto de descartarse o postergarse la extracción de Maduro o Diosdado Cabello debido a sus numerosos anillos de seguridad, la CIA podría concentrarse en «un general que esté muy vinculado a la droga y que no tenga un gran número de guardaespaldas o anillos de seguridad».
Efectos más allá de Venezuela
Adicionalmente, la CIA podría realizar acciones contra Maduro y su Gobierno, ya sea de forma unilateral o en conjunto con otras agencias de seguridad, como parte de una operación militar de gran escala.
Habría que agregar que la autorización incluye acciones contra todas las personas, ya plenamente identificadas, que según la administración Trump, están vinculados a la red narcoterroristas internacionales de Venezuela.
Finalmente, la CIA podría tener como objetivos, a las redes criminales y a los militantes civiles organizados en colectivos, así como a las organizaciones extranjeras o países que están respaldándolo, con el propósito de interrumpir sus actividades y neutralizar potenciales amenazas. Es el caso de los miembros de Hezbolá que tiene una presencia muy activa en la Isla de Margarita, pero también en Caracas y, por supuesto, los grupos que conforman la guerrilla colombiana como el ELN y las disidencias de las FARC, muy activos en las fronteras con Colombia y Brasil.
Tales acciones podrían ser realizadas conjuntamente con otras agencias norteamericanas y con servicios de inteligencia de países aliados como en el caso del Mossad israelí e incluir la participación de contratistas privados para sus operaciones, usando una variedad de recursos tecnológicos y militares para la neutralización de los grupos violentos de la dictadura o de los propios líderes del cartel.
Además, la CIA podría brindar un apoyo clave a las disidencias internas del régimen acosadas hasta ahora por la represión sistemática de los agentes de la inteligencia cubana.
La doctrina detrás de estas iniciativas la acaba de expresar el propio secretario de guerra: «La paz se consigue cuando se es fuerte, no cuando se usan palabras fuertes o se hace la vista gorda. La paz se consigue cuando se tienen capacidades sólidas y reales que los adversarios respetan». Esa es la doctrina que Estados Unidos parece estar determinado a llevar hasta las últimas consecuencias en Venezuela.