Sanae Takaichi, nueva primera ministra de Japón
Perfil
Sanae Takaichi, la admiradora de Thatcher que se ha convertido en la primera jefa de Gobierno en Japón
«Mi objetivo es ser la Dama de Hierro japonesa», comentó hace unas semanas Sanae Takaichi, flamante nueva primera ministra del país nipón –primera mujer en ocupar el cargo– en una clara referencia a Margaret Thatcher, a quien se refiere como su modelo político. Y no es una comparación gratuita. Como la exprimera ministra británica, Takaichi ha logrado escalar hasta lo alto de la pirámide ejecutiva de Japón gracias a una imagen que combina determinación y convicción. De 64 años, fue investida este martes como primera ministra tras imponerse en las primarias del Partido Liberal Democrático (PLD) y recibir el respaldo del Parlamento.
A su vez, Takaichi ha hecho bueno el dicho de que a la tercera va la vencida, pues ya había estado a punto de tocar poder en dos ocasiones anteriores, pero en ambas se le escapó en el último momento. Primero en 2021, cuando finalizó en tercera posición detrás de Fumio Kishida –a la postre elegido– y luego en 2024 ante Shigeru Ishiba, su predecesor en el cargo. Por si fuera poco, su elección rompe un techo de cristal en un país donde apenas el 15 % de los escaños en la Cámara Baja están ocupados por mujeres.
Expresentadora de televisión y antigua baterista de una banda de heavy metal, Takaichi nació en Nara, en el oeste del país, y se graduó en Administración de Empresas. Dio el salto a la política en 1996 y desde entonces ha ocupado varios cargos de peso, entre ellos los ministerios de Interior, Economía y Seguridad Económica, además de responsabilidades dentro del PLD. Fue el asesinado exprimer ministro Shinzo Abe quien la incorporó a un gabinete por primera vez, y quien se convirtió en su mentor político. Ella misma se define como su heredera ideológica y defensora de las abenomics, las políticas de estímulo económico impulsadas por Abe durante su mandato.
Takaichi, que pertenece al ala más conservadora del PLD –ha sido muy criticada por relativizar los abusos cometidos por Japón durante la Segunda Guerra Mundial– se presenta como esencial en un momento clave en la historia política japonesa. Su partido, el PLD, en el poder desde 1955, ha perdido en elecciones recientes su mayoría en las dos cámaras de la Dieta –el Parlamento japonés– y teme la irrupción en las urnas de Sanseito, un partido con un claro mensaje antiinmigración que ha calado entre los sectores jóvenes de la sociedad.
Pese a todo, la nueva primera ministra ha encontrado un balón de oxígeno gracias a un acuerdo con el Partido de la Innovación de Japón (Ishin), hasta ahora en la oposición, pero su mandato se anticipa complicado y dependiente de alianzas frágiles.
Shinzo Abe, exprimer ministro y mentor de Takaichi
De primeras, Takaichi tendrá que navegar las complicadas aguas de las relaciones con China, Corea del Sur y Estados Unidos, donde los aranceles han puesto en jaque a la economía nipona. De hecho, la nueva primera ministra espera reunirse con Donald Trump el próximo lunes, aprovechando el viaje que realizará el presidente norteamericano por Asia. «Haremos lo posible por aliviar el impacto de los aranceles de Estados Unidos», se ha limitado a decir la nueva mandataria.
Mientras tanto, internamente ya enfrenta críticas que, paradójicamente, hacen referencia a su poca apertura hacia las mujeres. En su nuevo Gobierno, ya nombrado, apenas dos de los 19 ministerios estarán liderados por mujeres –Satsuki Katayama en Finzanzas y Kimi Onoda en Seguridad Económica–, los mismos que en el anterior Ejecutivo. También es conocida por su postura contraria al matrimonio entre personas del mismo sexo y se opone a reformar la ley que impide a las mujeres acceder al trono imperial.
«Soy consciente del peso de la historia», dijo Takaichi tras ser elegida. «El camino por delante será difícil. Japón necesita fortaleza, pero también esperanza», remarcó. La prueba de si puede ofrecer ambas ya ha comenzado.