Una mujer iraní pasa junto a un mural en una calle de Teherán, Irán, el 20 de octubre de 2025
El 'destape' de la hija de un alto cargo de Irán vuelve a incendiar el debate sobre el uso del velo
El debate sobre la obligatoriedad del velo y la libertad de las mujeres en la República Islámica de Irán vuelve al foco social y mediático –si es que alguna vez no lo estuvo– tras hacerse viral un vídeo de la boda de la hija de Ali Shamkhani, un alto asesor del líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, y exsecretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional. La ceremonia tuvo lugar el pasado 18 de abril, pero ahora las redes arden tras filtrarse una grabación de la celebración, en el lujoso hotel Espinas Palace de Teherán, en la que Setayesh Shamkhani luce un escotado vestido de novia y prescinde del hiyab –velo islámico– al que el resto de las mujeres del país persa están obligadas, bajo pena de ser encarceladas.
Esta doble realidad que vive Irán, en la que los altos cargos envían a sus hijos a estudiar al extranjero, tienen acceso a las redes sociales y viven al más puro estilo occidental mientras someten a su población a un férreo control, ha vuelto a provocar una gran indignación que se ha extendido rápidamente por internet. Shamkhani, una figura política del ala dura del régimen, fue, de hecho, uno de los promotores de la reactivación de la polémica Policía Moral, que pasó a ocupar un segundo plano tras la muerte de la joven kurda Masha Amini, a manos precisamente de sus efectivos, arrestada por supuestamente llevar mal puesto el velo islámico, y que desató las multitudinarias protestas contra el régimen de los ayatolás en septiembre de 2022.
El almirante y exsecretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional, además, defendió la implementación de castigos ejemplares contra las mujeres «que desafían los valores islámicos». Por lo que el vídeo de la boda de su hija sin velo y con un vestido que no representa en absoluto esos «valores islámicos» deja en evidencia la hipocresía de los altos cargos del régimen y no hace más que avivar la desazón y la rabia de una sociedad que está cansada de la falta de libertades y oportunidades. La obligatoriedad del velo, que empujó a las calles en 2022 a miles de iraníes, fue el símbolo que unió a una sociedad que reivindica y exige una mayor apertura y una menor represión. Una juventud que se ve abocada al fracaso, sin perspectivas de futuro, en un país castigado por sanciones internacionales.
Ante esta nueva polémica, los medios conservadores iraníes han tratado de restar importancia al vídeo y, de hecho, han defendido que la grabación ha sido manipulada. El propio Shamkhani ha respondido a las críticas en redes sociales con un agresivo mensaje: «¡Bastardos, sigo vivo!». Un episodio que, además, sale a la luz en un momento en el que la obligatoriedad del velo se ha convertido en una batalla entre el ala conservadora y reformista del régimen de los ayatolás. Desde finales de 2024, el Gobierno del presidente reformista, Masud Pezeshkian, no aplica las leyes que castigan a las iraníes por no llevar el velo islámico. El pasado mes de mayo, Pezeshkian bloqueó una ley que contemplaba castigos más duros por no usar el hiyab.
Asimismo, este martes Teherán informó que no ha incluido una partida de fondos en el presupuesto nacional para la temida Policía de la Moral. Estos pasos le están pasando factura ahora al presidente de Irán, y los conservadores le reclaman mano dura mientras que se organizan por su cuenta para hacer cumplir la ley en contra de lo que consideran «exhibicionismo» femenino. El director del Centro de Ordenar el Bien y Prohibir el Mal de Teherán, Ruholá Momen-Nasab, anunció la semana pasada –como informa Efe– que había creado un «centro de control del velo» y que planea desplegar a 80.000 voluntarios para promover «la disciplina social y los valores religiosos» en la capital.
Estas medidas no solo se limitan únicamente a la capital iraní. Según publica IranWire, en la ciudad de Ardistan, en la provincia de Isfahán, se han creado unas nuevas patrullas, bautizadas como 'Badhijabi', para vigilar el uso del hiyab. Mohammad Hatamikia, fiscal de Ardistan, aseguró que están preparando una nueva batería de leyes para endurecer los castigos contra las mujeres que no utilicen el velo. En este sentido, Hatamikia advirtió de que cualquier violación del código de vestimenta islámico impuesto en Irán puede implicar penas de cárcel de entre diez días y dos meses, hasta 74 latigazos, así como multas económicas.