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Giorgia Meloni, primera ministra de Italia

Giorgia Meloni, primera ministra de ItaliaNurPhoto via AFP

Italia encara tres elecciones clave que ponen en juego la estabilidad del Gobierno de Meloni

Campania, Apulia y Veneto celebran este domingo y lunes unas regionales que miden la fortaleza del Ejecutivo tras tres años en el poder

En un país siempre acostumbrado a la inestabilidad, Italia vive tiempos de tranquilidad con el Gobierno de Giorgia Meloni, un Ejecutivo que ya es el tercero más largo en la historia republicana del país y que nada hace pensar que le quede poco tiempo de vida. La primera ministra, de hecho, ha visto reivindicada la confianza en su partido con las victorias en las elecciones regionales de Calabria y Las Marcas en las últimas semanas –es cierto que perdió en la Toscana, pero esa zona es uno de los principales bastiones de la izquierda en el país–.

Sea como fuere, la dirigente se encuentra ahora ante otro examen sobre su liderazgo con las elecciones que, durante los dos próximos días, tendrán lugar en otras tres regiones del país. Los ciudadanos de Campania, Apulia y Véneto acudirán a las urnas para elegir nuevos gobiernos regionales, renovar consejos legislativos y comprobar si, como se espera, el partido de Meloni mantiene su influencia en el país o si, por el contrario, empiezan a aparecer las primeras grietas en el Gobierno. También es un examen para el Movimiento 5 Estrellas, el partido izquierdista que quiere presentarse como la alternativa a Meloni en las elecciones generales de 2027.

En Campania, región del suroeste del país que cuenta con Nápoles como ciudad más representativa, la contienda mide a Roberto Fico, candidato del centro-izquierda y figura destacada del Movimiento 5 Estrellas, y a Edmondo Cirielli, viceministro del Gobierno Meloni por el partido Fratelli d’Italia, que cuenta con el respaldo de la coalición de centro-derecha que incluye Lega y Forza Italia. La campaña ha girado en torno a la sanidad, la amnistía urbanística y polémicas personales que han servido para reforzar la narrativa política de cada bloque. Fico propone reforzar la sanidad pública, garantizar asistencia a discapacitados y personas con problemas de salud mental, y ofrecer subsidios regionales para el empleo. Cirielli, en cambio, plantea una asistencia sanitaria más rápida y un plan laboral basado en formación y colaboración con empresas y centros educativos.

En Apulia, otra región sureña, el debate se centra en el sucesor de Michele Emiliano, con el centro-izquierda presentando a Antonio Decaro, exalcalde de Bari y eurodiputado del Partido Democrático, respaldado por M5S, Verdes, Izquierda, Acción, Italia Viva, Più Europa y varias listas cívicas. Su rival es Luigi Lobuono, empresario respaldado por Fratelli d’Italia, Lega, Forza Italia y Noi Moderati. El principal tema de la campaña ha sido la antigua planta siderúrgica Ilva, un símbolo de la tensión entre desarrollo económico, empleo y transición energética. Decaro defiende la nacionalización para proteger los empleos y asegurar la sostenibilidad industrial, mientras Lobuono respalda el plan del Gobierno que combina indemnizaciones por despido, descarbonización en cuatro años y nuevos inversores. Otros candidatos más marginales, como Ada Donno y Sabino Mangano, centran su discurso en la protección del medio ambiente y el cierre definitivo de la planta.

En el Véneto, la región del noreste famosa por Venecia, la atención se dirige a la elección del sucesor de Luca Zaia, quien ha gobernado la región durante 15 años con un respaldo casi plebiscitario. La coalición de centro-derecha ha postulado a Alberto Stefani, apoyado por Lega, Fratelli d’Italia, Forza Italia, UDC, Noi Moderati y la Liga Veneta Repubblica, mientras que el centro-izquierda presenta a Giovanni Manildo, respaldado por PD, M5S, AVS, Rifondazione, Volt y listas cívicas locales. El eje central del debate ha sido la Autonomía Diferenciada, un tema histórico en la región. Stefani plantea esta autonomía como un instrumento de responsabilidad y eficiencia administrativa, mientras Manildo la concibe como una oportunidad para un salto cualitativo en la gestión de competencias.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en Roma

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, en RomaAFP

Lo que está claro es que estas elecciones muestran un cambio de prioridades en varias regiones, pues mientras antaño el eje político giraba en torno a la autonomía y la identidad local, hoy el debate se centra en la seguridad, el empleo y los servicios públicos. Un cambio de tendencia que está por ver si seguirá postulando a Meloni como la adalidad de la estabilidad que el país tanto ha deseado.

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