El Museo del Louvre, este miércoles, en su reapertura
París
El robo en el Louvre: detenido el cuarto miembro del comando
La brigada antipandillas de París ha arrestado a un hombre sospechoso del robo de las joyas de la corona
El Louvre anuncia que instalará un centenar de cámaras en su perímetro y un puesto de policía en su interior
Tras más de un mes de discreta vigilancia y seguimiento, la Policía Judicial de París ha logrado detener al cuarto y último sospechoso del espectacular robo cometido el pasado 19 de octubre en el Museo del Louvre, conocido ya como el robo del siglo.
Según ha confirmado una fuente próxima a la investigación, el individuo fue arrestado este martes por agentes de la Brigada de Represión del Bandidismo (BRB), dependiente de la Dirección de la Policía Judicial de la Prefectura de París (DPJ-PP).
El hombre, cuya identidad no ha sido revelada oficialmente, fue detenido en la región parisina en cumplimiento de una orden emitida por los jueces de instrucción a cargo del caso. Se encuentra bajo custodia policial en la sede de la Jefatura de Policía de París, acusado de «robo en banda organizada» y «asociación para delinquir».
Fuentes policiales señalan que el detenido es conocido de los servicios de seguridad y estaría directamente vinculado a los otros tres hombres ya imputados por el caso, todos ellos residentes o con origen en la localidad de Aubervilliers (Seine-Saint-Denis), un suburbio al norte de la capital conocido por haber albergado otros grupos criminales especializados en robos de alta gama.
Un golpe de película en el corazón del museo más famoso del mundo
El robo, ejecutado con precisión quirúrgica, tuvo lugar la madrugada del 19 de octubre. Las cámaras de seguridad del Louvre registraron la llegada de un camión equipado con una plataforma elevadora. Dos hombres la utilizaron para acceder a una ventana de la Galería Apolo, la sala que alberga parte de las joyas de la Corona francesa.
En cuestión de minutos, los ladrones usaron amoladoras angulares para arrancar de sus vitrinas varias piezas históricas de incalculable valor: collares, diademas y broches engastados con diamantes y piedras preciosas, muchos de ellos datados del siglo XIX y vinculados a la monarquía francesa.
El botín, estimado en 88 millones de euros, representa una pérdida patrimonial irreparable. Las autoridades del Louvre y el Ministerio de Cultura francés han evitado comentar detalles sobre las piezas exactas sustraídas, pero fuentes cercanas al museo admiten que «ninguna suma de dinero podría compensar el valor histórico y simbólico de lo robado».
Una investigación internacional y un botín aún desaparecido
La investigación, dirigida por dos jueces de instrucción de la Jurisdicción Interregional Especializada (JIRS) de París, ha avanzado con rapidez gracias al análisis de huellas genéticas y vídeos de vigilancia.
Los dos primeros sospechosos -Ayed G., detenido en el aeropuerto Charles de Gaulle cuando intentaba embarcar rumbo a Argelia, y Abdoulaye N., arrestado poco después en un control rutinario- fueron vinculados directamente a las imágenes del interior del museo. Un tercer individuo, Slimane K., presunto conductor de una de las motos utilizadas en la fuga, fue capturado semanas más tarde.
Con la detención del cuarto presunto miembro, los investigadores creen haber desmantelado al comando operativo. Sin embargo, el botín sigue sin aparecer, y las autoridades sospechan que podría haber sido entregado a intermediarios especializados en el mercado negro de obras y joyas.
«Es probable que las piezas ya hayan sido desmontadas o trasladadas fuera del país», advirtió una fuente policial, que añadió que una red internacional de receptación podría estar implicada. La Interpol y Europol colaboran en el seguimiento de posibles pistas en Bélgica, Marruecos y los Emiratos Árabes Unidos, destinos habituales en este tipo de tráfico ilícito.
El Louvre refuerza su seguridad
El robo ha generado un intenso debate sobre las medidas de seguridad en los grandes museos europeos. Aunque el Louvre es considerado uno de los recintos más protegidos del mundo, las autoridades francesas han reconocido que el golpe «reveló fallos en los protocolos de vigilancia nocturna».
Desde entonces, el museo ha reforzado su sistema de alarmas y videovigilancia, además de implementar un nuevo plan de seguridad con patrullas mixtas de policía y personal interno. Mientras tanto, los investigadores siguen buscando las joyas desaparecidas y tratan de esclarecer quién o quiénes ordenaron el robo, considerado ya uno de los más audaces de la historia reciente de Francia.