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Pablo González, el español acusado de espía

Pablo González, el español acusado de espíaRR SS

Pablo González, el «espía ruso», no asiste al juicio: Polonia podrá activar una orden de arresto internacional

La Justicia polaca da una segunda oportunidad para febrero al periodista acusado de espionaje. Si vuelve a ausentarse, el Tribunal proseguirá el juicio, lo calificará como rebelde y podría activar una orden de captura

La sesión se ha celebrado sin público y a puerta cerrada. Otro de los conflictos entre Polonia y Rusia, esta vez con nombre propio, vuelve al estrado de la justicia: Pablo González Yagüe, su nombre en español. En Polonia la prensa lo llama por su nombre ruso: Pavel Alekséievich Rubtsov.

Pavel Alekséievich Rubtsov, nació en Moscú en 1982, pero durante años ha vivido en el País Vasco. Llegó a Polonia como corresponsal freelance en el año 2019. Viajó a los conflictos de Europa del Este donde para muchos colegas de profesión era un reportero incisivo; para la Fiscalía polaca, desde abril de 2016 hasta febrero de 2022 fue –según el escrito de acusación– un agente del GRU, la inteligencia militar rusa, que recopiló y transmitió información que «podía causar daño a Polonia».

Rubtsov fue detenido por la Agencia de Seguridad Interior (ABW) en la frontera entre Polonia y Ucrania en febrero de 2022; unos días después del comienzo del conflicto entre Rusia y Ucrania. Pasó en prisión casi dos años y medio hasta que su nombre apareció entre las 26 personas en el mayor canje de prisioneros entre Rusia y Occidente desde la Guerra Fría.

Su intercambio no disolvió la acusación: la Fiscalía polaca presentó un acto de acusación formal y dejó el proceso activo, pendiente de que el acusado compareciera.

¿De qué se le acusa?

La acusación, presentada por la Sección de Lublin del Departamento de Crimen Organizado y Corrupción, dice que Rubtsov/González llevó a cabo tareas de obtención y transmisión de información, difusión de desinformación y reconocimiento operativo para el GRU en Przemyśl, Varsovia y otros lugares. El portavoz de la Fiscalía Nacional, Przemysław Nowak, lo resumió: la información que presuntamente facilitó «podía ser perjudicial para Polonia, incluso como Estado miembro de la OTAN».

La Fiscalía polaca le acusó formalmente el 14 de agosto de 2024 de los delitos recogidos en el art. 130 del Código Penal (espionaje). Aunque aún hay muchas pruebas clasificadas, la acusación ha mencionado: documentación y pasaportes bajo distintos nombres; dispositivos, archivos, tarjetas y recibos de viajes a Rusia. Los fiscales hablan de cooperación internacional de servicios.

Diversas fuentes periodísticas señalaron que antes de su salida en el intercambio, Rubtsov tuvo acceso a las actuaciones, incluidas partes no clasificadas e incluso a materiales reservados. Esa circunstancia alimentó la alarma: «salió con el conocimiento completo del asunto», resumió la prensa polaca citando fuentes de la investigación.

El portavoz de la Fiscalía Nacional, Przemysław Nowak, explicó entonces que los documentos clasificados a los que tuvo acceso Pablo González le conciernen únicamente a él. «No había secretos de Estado que pudieran perjudicar a Polonia, ni técnicas operativas, ni datos de oficiales. El objeto de la investigación eran las actividades de Pablo G., por lo que este se enteró de cosas sobre sí mismo a partir de los materiales, incluidos documentos clasificados», aseguró.

El caso trascendió fronteras y llegó a instancias europeas. En el Parlamento Europeo se formularon preguntas y pronunciamientos relativos al intercambio de prisioneros y al uso del caso Rubtsov/González como indicador en informes sobre libertad de prensa y el Estado de Derecho. Mariusz Kamiński, del partido Ley y Justicia (PiS) y europarlamentario, reaccionó duramente contra la Comisión Europea cuando en uno de los informes se describía que, «los periodistas en Polonia siguen teniendo dificultades para realizar su trabajo». Mateusz Morawiecki, ex primer ministro y voz pública del PiS, también aludió al caso para denunciar lo que denominó «silencio selectivo» de medios y opinadores cuando emergieron pruebas sobre Rubtsov; sus comentarios circularon en plataformas polacas y aumentaron la polarización mediática sobre si Pablo González era víctima o agente.

En marzo de este año, el Tribunal de Varsovia decidió suspender temporalmente el proceso, argumentando que Rubtsov/González no se encontraba en Polonia. Pero la Fiscalía apeló, denunciando que el Tribunal ni siquiera intentó citarle formalmente, a pesar de que Rubtsov/González había dado direcciones para recibir notificaciones. La disputa levantó sospechas en medios polacos y se empezó a cuestionar si el intercambio que permitió su liberación implicó concesiones diplomáticas y bajo qué condiciones.

Rubtsov no se ha presentado al juicio

El Tribunal del Distrito de Varsovia ha celebrado este martes una audiencia a puerta cerrada por la causa contra Pavel Rubtsov. Tras la sesión, la jueza Anna Ptaszek comunicó que el acusado no compareció y que no había pruebas de que se le hubiera notificado una citación; añadió que, según las averiguaciones, lo más probable es que se encontrara en Rusia. El Fiscal ha solicitado una nueva vista para el 25 de febrero de 2026.

¿Qué pasará si no se presenta? La legislación polaca permite tramitar el proceso en ausencia del acusado; la práctica exige al menos una comparecencia. De lo contrario, la Justicia podría declarar en «acto de rebeldía.» En suma: el Tribunal puede juzgar, pero la pena es difícilmente ejecutable mientras el reclamado permanezca fuera del alcance de las autoridades polacas, por lo que la Justicia polaca puede emitir una orden de detención europea o petición de extradición a Rusia.

Rubtsov/González es acusado de delitos graves, si fuera hallado culpable por los cargos que le imputan (espionaje, desinformación y reconocimiento operativo), podría enfrentarse a una pena de entre 10 y 15 años, o incluso más si se consideran agravantes.

¿Dónde está Rubtsov?

Tras su liberación en el canje se le practicaron pruebas médicas y permaneció unos días en observación –según distintos medios– por problemas detectados en los pulmones.

Su llegada a Rusia fue cubierta con pompa por medios rusos y televisada por los canales estatales; las imágenes del aterrizaje se convirtieron en señal política y alimentaron la narrativa rusa de que Moscú recuperó a uno de los suyos; en Polonia, por el contrario, avivaron la sensación de que la liberación fue un trato internacional con coste político. Desde entonces reside en Rusia -en Moscú según diversas fuentes- y ha participado en entrevistas para medios rusos y en algunos espacios próximos al Kremlin; acusando al país polaco de trato inhumano: «En Polonia me torturaron e indujeron al suicidio».

Ahora, tiene una segunda oportunidad en Polonia para demostrar su inocencia el próximo 25 de febrero de 2026. Habrá que esperar a esa fecha para saber si actuó como el periodista Pablo González Yagüe o como el espía Pavel Alekséievich Rubtsov.

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