Así es el Octopus-100, el dron cazador que Zelenski fabricará en masa en el Reino Unido

Los vehículos aéreos no tripulados (UAV) se han convertido en un arma determinante en la invasión rusa de Ucrania. Kiev, a punto de cumplir su cuarto aniversario desde que el autócrata ruso, Vladimir Putin, decidiera lanzar su agresión contra el país vecino, se ha convertido en uno de los países europeos mejor formados y con la mayor industria de drones. Por ello, otros países como el Reino Unido han decidido unir fuerzas con Ucrania y producir de forma conjunta –y masiva– este tipo de armamento.

Así, el ministro de Defensa ucraniano, Denís Shmigal, anunció el pasado jueves la firma de un acuerdo de licencia con una delegación del país británico para que en el futuro se produzca el modelo ucraniano de dron interceptor bautizado como Octopus-100. «Se trata de un precedente histórico», escribió Shmigal en Facebook y agregó que esto permitirá la fabricación en el Reino Unido de un modelo de aparato no tripulado que ha demostrado su efectividad en la lucha contra los drones kamizake Shahed que atemorizan a diario el país invadido.

«Está prevista la producción masiva de interceptores, la cual podría alcanzar varios miles al mes. Los aparatos manufacturados serán transferidos a Ucrania para reforzar la protección de nuestros cielos», aseguró el ministro. El pasado mes de septiembre, el Ministerio de Defensa británico informó de que el programa Octopus se basaba en un diseño ucraniano desarrollado con el apoyo de técnicos y científicos del Reino Unido.

Este UAV se caracteriza por ser un dron interceptor cuya función principal, por tanto, no es ofensiva sino defensiva. Ucrania los usa principalmente para proteger su infraestructura crítica, además de las ciudades, de los constantes ataques del Ejército del Kremlin. A diferencia de los drones convencionales, el Octopus destaca por su estructura modular, que permite una producción rápida y a gran escala. Esta simplicidad en su fabricación es una de sus mayores fortalezas: está pensado para construirse en grandes cantidades y reemplazarse con facilidad en caso de pérdida.

Aunque muchos detalles técnicos aún se desconocen, las características conocidas del Octopus permiten hacerse una idea clara de su capacidad. Se calcula que puede alcanzar velocidades aproximadas de 400 a 450 kilómetros por hora, lo que lo sitúa en un rango muy superior al de los drones kamikaze que está diseñado para interceptar. Su radio de operación rondaría los 150 a 200 kilómetros, suficiente para cubrir amplias zonas urbanas o proteger corredores logísticos.

El dron admite además un cargamento modular de entre 2,5 y 9 kilos, lo que posibilita equiparlo con distintos tipos de sensores dependiendo del tipo de amenaza que deba neutralizar. También puede portar cargas cinéticas para destruir físicamente al dron enemigo mediante impacto directo. Una de sus ventajas más destacadas es su capacidad para operar en entornos de guerra electrónica, manteniendo la eficacia incluso bajo interferencias de señal o GPS, un aspecto crítico en el actual campo de batalla.