Petrolero iraní
La incautación del petrolero Skipper desata una nueva crisis entre Washington y Caracas
Estados Unidos defiende la operación como un procedimiento legal, mientras Maduro denuncia «piratería criminal», alerta sobre la desaparición de la tripulación y anuncia acciones internacionales para proteger el comercio petrolero venezolano
La tensión entre Estados Unidos y Venezuela volvió a escalar esta semana tras la interceptación e incautación de un buque petrolero que transportaba crudo venezolano. La operación, ejecutada por fuerzas estadounidenses cerca de las costas del país caribeño, ha desencadenado una nueva oleada de acusaciones entre Caracas, Washington y varios líderes regionales.
Caracas denuncia una «acción de piratería criminal»
El dictador venezolano, Nicolás Maduro, calificó el operativo como un intento de Washington de «robar» los recursos energéticos del país. Según afirmó en un acto celebrado en Caracas, el buque —identificado como Skipper— transportaba 1,9 millones de barriles de petróleo que habían sido pagados antes de zarpar, aunque no precisó por quién.
Maduro aseguró además que la tripulación del petrolero se encuentra «desaparecida» y anunció que Venezuela presentará denuncias en instancias internacionales «para asegurar todas sus naves y garantizar el libre comercio». «Venezuela rechaza en todas sus partes esta acción de piratería criminal contra todo el Caribe», afirmó.
El Gobierno venezolano sostiene que, pese a que Estados Unidos ha alertado del supuesto riesgo de sobrevolar o transitar cerca de Venezuela por la presencia militar estadounidense en la zona, los vuelos de deportación de ciudadanos venezolanos desde territorio norteamericano venían realizándose con normalidad. Sin embargo, Caracas denunció este jueves que Washington decidió suspender «unilateralmente» un vuelo de deportación previsto para el viernes.
Washington defiende la incautación y afirma que existe un proceso legal
Desde la Casa Blanca, la portavoz Karoline Leavitt confirmó que el buque será trasladado a un puerto estadounidense y que «Estados Unidos sí tiene la intención de incautar el petróleo», aunque precisó que se seguirá «el proceso legal correspondiente». Añadió que un equipo de investigación se encuentra a bordo interrogando a los tripulantes y que la embarcación está «en proceso de decomiso».
Skipper, que navegaba con falsa bandera, fue incautado por orden de un juez estadounidense debido a sus vínculos previos con el contrabando de petróleo iraní, sancionado por Washington. Aunque en esta ocasión transportaba crudo venezolano, fuentes citadas por The New York Times recuerdan que la embarcación ya había sido señalada por actividades ilícitas.
Trump mantiene la presión y acusa a Caracas de narcotráfico
El presidente estadounidense, Donald Trump, evitó aclarar si la operación está relacionada específicamente con el petróleo venezolano. «Se trata de muchas cosas», afirmó en el Despacho Oval, mencionando inmigración y narcotráfico, e insistiendo en que Venezuela estaría permitiendo la entrada a Estados Unidos de «presos, narcotraficantes y personas de instituciones psiquiátricas».
Trump volvió a acusar al Gobierno y al Ejército venezolano de estar involucrados en el envío de droga hacia Estados Unidos y aseguró que las operaciones de destrucción de embarcaciones usadas por traficantes han reducido un 92 % el narcotráfico en el Caribe y el Pacífico oriental. «Cualquiera involucrado en eso no le va a ir bien», advirtió.
El despliegue militar estadounidense en el Caribe, justificado por Washington como una operación antidrogas, ya había tensado las relaciones en los últimos meses. Maduro rechaza estas acusaciones y sostiene que se trata de maniobras de presión política.
Maduro afirmó que el destino de Estados Unidos y Venezuela «tiene que ser el respeto, la amistad y la cooperación», y llamó a los ciudadanos estadounidenses a «amarrar las manos de los sectores extremistas, supremacistas y guerreristas» que, según él, impulsan estas operaciones.