El coche de Sainz dispone de una unidad de potencia híbrida de gasolina y eléctrica

El coche de Sainz dispone de una unidad de potencia híbrida de gasolina y eléctricaDPPI via AFP

Motor

Por qué ardió el Ferrari de Carlos Sainz y por qué se incendian los coches híbridos y eléctricos

Aunque menos habituales que en los coches de gasolina, los incendios en coches eléctricos son muy complejos de apagar

Este fin de semana Carlos Sainz jr se quedaba fuera de carrera en el Gran Premio de Austria cuando su coche empezaba a arder a sólo diez vueltas del final. No es algo habitual ver un Fórmula 1 actual en llamas, e irremediablemente hemos pensado todos en la unidad de potencia híbrida, es decir en el motor híbrido y en la batería.

Contrariamente a lo que creemos, no es nada habitual que un coche híbrido o eléctrico salga ardiendo, de hecho el riesgo de que se incendie un coche eléctrico es del 0,3 %, frene al 1,5 % de un coche convencional de combustible.

Nada habitual

No olvidemos que en un coche normal llevamos un depósito de un líquido altamente inflamable que se llama gasolina y que arde con muchísima facilidad.

En el caso de los fuegos de los automóviles eléctricos hablamos de un tipo de incendios muy diferentes. En los coches eléctricos las baterías arden por dos motivos principalmente; un cortocircuito interior o un golpe que las rompa y provoque una reacción química en su interior.

Por esto último las baterías de los coches eléctricos suelen ir en una zona interior y muy bien protegida, de hecho en cubículos casi blindados. Normalmente se sitúan debajo del maletero y de los asientos traseros.

Los Tesla pueden estar ardiendo durante horas

Los Tesla pueden estar ardiendo durante horas

Lo que sí que es realmente diferente es el tipo de incendio que se produce. En un coche de gasolina o diésel basta con un extintor normal un poco de paciencia para que en unos minutos esté apagado. En el caso de los coches eléctricos se trata de incendios, mucho más complejos y delicados de tratar.

En las baterías se habla de un fenómeno denominado embalamiento térmico, y que hace que la batería vaya tomando temperatura dentro conforme arde hasta unos límites muy elevados. De hecho la batería puede alcanzar los 600 grados de temperatura. En este contexto es realmente complicado de apagar. Puesto que aunque desaparezcan las llamas a los pocos segundos vuelven, como las velas de broma de los cumpleaños que nunca se apagan.

De hecho en un reciente incendio de un Tesla en San Francisco fueron necesarios más de 30 bomberos y casi 20.000 litros de agua, de tal forma que el coche quedó literalmente sumergido en una piscina de agua.

En este caso el Tesla acabó sumergido en una piscina de agua

En este caso el Tesla acabó sumergido en una piscina de agua

En algunos países se limita la entrada de los coches eléctricos a los aparcamientos cerrados. Y en el caso del barco que se hundió con casi 4.000 coches de lujo dentro se habló de un incendio iniciado en un coche eléctrico.

Los bomberos, protagonistas

Algunos cuerpos de bomberos disponen de medios específicos, como una especie de piscina con la que se rodea al coche ardiendo y se llena de agua. En general todos los cuerpos de bomberos hacen cursos en colaboración con los fabricantes para aprender a apagarlos.

Es el caso de Renault, que en el nuevo Megane ha blindado la batería y ha creado una ruta muy clara para que los bomberos accedan a la batería con toda facilidad.

En Estados Unidos el Chevrolet Volt generó tantos problemas por el riesgo de incendio por un problema de diseño que recomendaban aparcarlo en la calle y a 15 metros de otro coche.

El riesgo además es que en los coches eléctricos se producen combustiones espontáneas de la batería, incluso después de días sin moverse. Lo que hace realmente complicado prever lo que puede pasar con ellos.

En paralelo el proceso de carga y descarga de las baterías genera mucha temperatura, lo que también puede generar algún riesgo si hay algún material arda cerca de la batería. En definitiva, menor riesgo de que arda pero unos incendios mucho más complejos de apagar.

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