Tercera edad al volante

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DGT

¿Cuándo debemos dejar de conducir? Estas son las señales que nos alertan

A día de hoy no existe una edad máxima que establezca cuándo dejar de conducir en España, por lo que en muchas ocasiones, determinar el momento en el que dejar de renovar el carnet debemos de identificarlo nosotros mismos

La edad, o ciertas enfermedades, impiden a muchas personas contar con las habilidades necesarias para conducir de forma segura y no ser un obstáculo en la carretera. A pesar de que la Dirección General de Tráfico (DGT) puede intervenir en algunos casos si es necesarios, por lo general ha de ser el propio individuo el que tome la decisión por su seguridad propia y la del resto de conductores.
El carnet de conducir de clase B ha de renovarse cada 10 años hasta los 65 años de edad y a partir de esta, cada 5 años. A pesar de esto, se estima que hay al rededor de un millón de personas que conducen con edades entre 65 y 69 años y 500.000 con más de 76 años.
Asimismo, existen ciertas ocasiones en las que el centro donde uno realiza el reconocimiento previo para renovar el permiso determina que este debe caducar antes. En estos casos el conductor tendrá que realizar una revisión anual.

¿Cuáles son las señales evidentes para dejar de conducir?

Tres señales que pueden pasar por desapercibidas pero que indican que pueden existir peligros en un futuro en la carretera son la sensación de que la gente nos pita mientras vamos al volante, perderse a menudo en trayectos conocidos y la existencia de pequeños percances más o menos frecuentes.
Si uno percibe que su visión esta deteriorada, que no lee correctamente las señales, no percibe a tiempo a los ciclistas, no calcula bien la distancia de seguridad que hay que guardar con otros vehículos o de vez en cuando no ve a los peatones, está ante una señal para aparcar el coche.
El estrés durante la conducción es uno de los indicadores más frecuentes. Este puede ir aumentando según nos hacemos mayores a la hora de incorporarse a una rotonda, ir por una carretera rápida, conducir bajo la lluvia u oscuridad...
La pérdida de reflejos es uno de los primeros síntomas de la edad y peligros en la carretera. Esto puede traducirse en maniobras lentas, confusiones entre el acelerador y el freno, reacciones más lentas ante ciclistas o peatones y dudas en situaciones de mucho tráfico.
La agresividad al volante, cambios de humor, el sueño o falta de concentración y el miedo a que amigos o familiares no se sientan seguros cuando estás al volante pueden indicar que tal vez sea el momento de dejar de conducir.
Además, si padeces alguna patología diagnosticada como artritis, Alzheimer, demencia, Parkinson, diabetes... puede que tus habilidades al volante como los reflejos, audición, capacidad de movimiento, coordinación o juicio se vean afectados y dificulten el correcto manejo al volante.
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