Madrid es una de las ciudades españolas que más en serio se ha tomado el despliegue de las Zonas de Bajas Emisiones. Hace ya dos años que se encuentran en funcionamiento y las limitaciones a la circulación de los vehículos más contaminantes van creciendo.
Para ello Madrid se ha blindado literalmente con cámaras y lectores de matrícula que permiten reconocer al instante todos los coches que entran y salen de la capital. Unas cámaras que, como veremos a continuación, puede tener una función delatora con los vehículos sin ITV.
Madrid, tomado por las cámaras
Hace unos meses el despliegue de cámaras se limitaba a la almendra central, pero ahora se ha blindado el municipio entero, pues los coches sin etiqueta no van a poder circular por ningún barrio de la capital, incluido los exteriores a la M-30.
Hasta 260 cámaras han tomado Madrid
Para ello el Ayuntamiento de la capital ha puesto en funcionamiento 260 cámaras que monitorizan en tiempo real los coches que circulan por las calles, multando a aquellos que circulen 'ilegalmente'.
Más control
Ante este despliegue, la asociación mayoritaria de ITV de la capital (AEMA) ha elevado una propuesta para que estos dispositivos pasen a controlar también si los vehículos tienen la ITV en vigor. Este procedimiento sería muy sencillo, pues una vez que las cámaras han detectado la matrícula sería inmediato saber si ese coche tiene la ITV en vigor o no.
Se trata de una posibilidad criticada por conductores y asociaciones de defensas de los mismos, pues contribuiría a incrementar aún más las sanciones y la recaudación a costa de este colectivo.
Si tenemos en cuenta que la DGT ha superado ampliamente los 550 millones de euros en multas en 2022, no parece coherente que las ITV aboguen por incrementar aún más esta partida a costa de los usuarios.
La inspección ITV supone una prueba de fuego para muchos coches por sus emisiones
Conviene recordar que el absentismo de las ITV entre los vehículos que deben pasarla es de un 40 % en España. Es decir que un 40 % de los coches que tienen que pasarla no lo hacen, pues se trata de una prueba muy desprestigiada entre sus propietarios, que echan en falta más medidas de control que hagan referencia a la seguridad y al estado mecánico de un automóvil y no tanta atención a las emisiones.
Obviamente existe un cisma entre los conductores y las ITV que difícilmente se va a cerrar incrementando las multas y sanciones a los mismos en lugar de plantear una evolución en los procedimientos (e incluso en los precios de las propias ITV).
Menos multas y más incentivos
Convendría plantearse medidas como que los conductores con un correcto mantenimiento y que pasen la prueba en tiempo y forma, no paguen ITV, o reciban un descuento que refuerce su contribución a la seguridad vial y las bajas emisiones.
La raíz del problema es que, como las ITV tienen asegurado un buen número de clientes cada año, no están interesadas en acciones de este tipo que favorezcan en positivo que un mayor número de coches pasen por sus instalaciones.