Fuerzas de seguridad
Salvando el tiempo y la distancia, lo ocurrido este pasado fin de semana en Alicante recuerda mucho a lo sucedido hace un par de años, cuando un grupo de obreros decidieron simular un coche de la Guardia Civil en cartón y colocarlo al comienzo de unas obras para obligar a los conductores a que redujeran la velocidad.
Un delito en plena regla que puede traer consecuencias posteriores muy graves para los protagonistas por simular la acción policial.
En este caso los protagonistas son los dueños de una discoteca de Alicante llamada Vicio que decidieron llevar a cabo una campaña de marketing y promoción cuanto menos llamativa, aunque no tenemos claro si además de llamativa era legal.
Los dueños de Vicio decidieron desplegar un improvisado control de policía en el aparcamiento de la discoteca que obligaba a todos los coches que entraban a parar y hacer cola, pues la apariencia era absolutamente real.
Los fingidos agentes estaban vestidos de negro con apariencia policial y disponían incluso de dos perros que formaban parte del operativo.
Una vez parados, los clientes recibían una magnífica noticia cuando en lugar de tener que soplar por un alcoholímetro recibían una hamburguesa de regalo, ya que se trataba de una atrevida campaña de publicidad.
En este caso, la discoteca dispone de zona de restauración con hamburguesas, y de esta forma la empresa quería demostrar a sus clientes la calidad de los productos allí comercializado.
Independientemente de que sea en un aparcamiento privado, podemos estar ante un delito de suplantación de funciones públicas, destinado a quien simule o usurpe actitudes propias de la autoridad competente, tal y como explica el artículo 402 del Código Penal, una actitud sancionada con pena de prisión de uno a tres años.
Por el momento, la Policía no ha informado si va a abrir una investigación de oficio por los hechos ocurridos en la madrugada del domingo.
Comentarios