«Era tan bueno que es difícil que fabriquen algo igual», el coche que solo gastaba 3 litros a los 100 km

Corría en año 1999 cuando un fabricante alemán lanzaba uno de los proyectos más ambiciosos de su historia. En plena fiebre por el bajo consumo, la marca Audi comercializaba el A2, una especie de vehículo urbano elevado con cierta apariencia de SUV que convertía a la aerodinámica y al bajo peso en sus principales virtudes.

Se trata de un vehículo que adelantaba más de una década el concepto de los SUV urbanos que ahora se han convertido en los coches más vendidos del mercado, un coche con una carrocería de 3,8 metros de largo que ofrecían un habitáculo homologado para cuatro o cinco ocupantes que además disponían de un maletero de 350 litros.

Adelantado a su tiempo

Pero una de las claves de este automóvil no estaba a la vista, y es que su bastidor estaba construido íntegramente en aluminio, lo que le permitía pesar solo 900 kilogramos cuando lo normal es que un vehículo de estas características debería pesar en torno a los 1.500 kilogramos.

En aquel momento Audi tenía gran experiencia en la utilización del aluminio para la fabricación de automóviles, algo que ya hacía en los inmensos A8 para lograr reducir el peso.

Muy buscado hoy

En aquel momento el A2 no triunfó por varios motivos, entre ellos el mercado no llegó a entender un concepto tan avanzado de automóvil que además tenía un precio propio de segmentos superiores, casi como el A3.

Curiosamente, años después este vehículo se ha revalorizado en el mercado de segunda mano y está muy buscado.

Además de estar construido en aluminio entre sus principales virtudes estaban su diseño aerodinámico con forma de ala de avión, un consumo que en la versión TDi de 60 caballos era inferior a los 3 litros a los 100 kilómetros, todo ello gracias a un peso de solo 960 kilos, un coche que entonces costaba unos 20.000 euros.