Peugeot acaba de mostrar las primeras imágenes del nuevo 508. Se trata de una actualización del modelo lanzado en 2019 y que tan buena acogida comercial ha tenido en el mercado. En su momento se trataba de una reinterpretación del concepto sedán, mucho más deportivo y con cierto aire de coupé.
En este caso la evolución estética y tecnológica es muy profunda. Basta ver su nuevo frontal para descubrir las modificaciones en las luces diurnas, sustituyendo el colmillo descendente por un triple zarpazo vertical, distintivo que se incorpora también a los faros posteriores.
La parrilla frontal se escamotea ahora en la carrocería al estar acabada en el mismo color que esta y se mantienen detalles tan deportivos como las puertas sin marco. El frontal se completa con el nuevo anagrama de la marca y las luces pasan a ser matriciales para toda la gama.
Está disponible en carrocería berlina y familiar SW, cobrando importancia la variante deportiva Peugeot Sport Engineered (PSE), una versión preparada por el departamento de competición de la firma y que incluye selector de modos de conducción que en este caso influye a la dureza de la suspensión.
La carrocería mide ahora 4,75 metros de largo (4,79 en el SW), lo que le permite ofrecer uno de los interiores más amplios y cuidados de la categoría, sin dejar de lado un maletero de 487 litros para la berlina y de 630 litros en el caso del familiar SW.
El interior mantiene el peculiar puesto de conducción deportivo i-cockpit Advanced, con volante minúsculo y muy bajo de posición. La pantalla central pasa a ser de 12 pulgadas y mejora tanto su funcionamiento y funcionalidades como la compatibilidad con los móviles. Uno de los mayores cambios en el interior es la sustitución de la palanca de cambio por un pequeño selector que se maneja con el dedo.
Está disponible con cinco motores diferentes. Las versiones diésel BlueHDi y Puretech de gasolina, ambas de 130 caballos, marcan el acceso al modelo.
Un escalón más allá se posicionan las variantes híbridas enchufables con 180, 225 o 360 caballos de potencia, todas con etiqueta cero al homologar una autonomía eléctrica de 64 kilómetros. La versión PSE de 360 caballos combina un motor gasolina de 200 caballos con dos eléctricos, delantero y trasero, de 113 caballos, lo que le permite ofrecer tracción integral. En este caso la autonomía eléctrica es de 52 kilómetros.
En materia de equipamiento incorpora programador de velocidad activo, aviso de fatiga para el conductor, asistente por cambio de carril involuntario, reconocimietno de señales, visión nocturna por infrarrojos y cámaras periféricas.
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