Fundado en 1910

06 de mayo de 2024

El empresario farmacéutico y mecenas Antoni Vila Casas

El empresario farmacéutico y mecenas Antoni Vila CasasEFE

Antoni Vila i Casas (1930-2023)

Un exitoso mecenas contemporáneo

Utilizó la fortuna amasada en la industria farmacéutica para crear y potenciar una de las instituciones culturales más señeras de Cataluña

El empresario farmacéutico y mecenas Antoni Vila Casas
Nació el 27 de noviembre de 1930 en Barcelona, ciudad en la que falleció el 14 de septiembre de 2023

Antoni Vila i Casas

Industrial del sector farmacéutico entre 1960 y 2000 y mecenas hasta el último día de su vida, estaba en posesión, entre otras distinciones, de la Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil y de la Cruz de San Jorge, otorgada por la Generalidad de Cataluña.

Antoni Vila i Casas tenía 73 años cuando le fue detectado un linfoma que ya había alcanzado los ganglios. Su reacción a la noticia consistió en vender la totalidad de su participación en Prodesfarma, los laboratorios que había fundado, en compañía de otros socios, bajo el nombre de Prodes allá por 1960. La decisión de vender pudo parecer discutible en clave estrictamente empresarial, pero resultó dichosa en el plano personal -un tratamiento médico adecuado le garantizó casi 20 años más de vida- y, sobre todo, en el cultural: Vila dedicó la mayor parte de los millones ingresados a potenciar la fundación que lleva su nombre.
La había creado en 1986 con obras de arte procedentes de una colección particular constituida bajo el criterio de su exclusivo gustó: Vila –lo reconocía abiertamente– no se dejaba influir por las modas o tendencias dominantes ni por los asesores más avezados. Una estrategia arriesgada, cuya culminación ha sido exitosa: hoy en día, la Fundación Vila i Casas es una de las instituciones culturales más consolidadas y con mayor proyección de Cataluña.
Consta de cuatro museos: dos en Barcelona dedicados a la pintura -Can Framis i Espai Volart-, otro en Palafrugell centrado en la escultura; por último, el de Torroella de Montgrí, asignado a la fotografía. La Fundación Vila i Casas apuesta decididamente por artistas catalanes mediante un sistema muy bien engrasado de exposiciones, premios, becas, adquisiciones y conferencias, conviviendo dentro de sus muros obras de Antoni Tapiès con otras de artistas menos conocidos.
Sin olvidar la colaboración con otras instituciones, como la Fundación Joan Miró, a quien ha ayudado con un millón de euros, fraccionados en pagos anuales de 100.000 euros hasta 2030. La Vila i Casas dispone, asimismo, de una rama de investigación biomédica, para tener bien presentes los orígenes profesionales del mecenas y su voluntad de contribuir al progreso científico.
Ese era el objetivo de Vila, retoño de una familia de la burguesía catalana del sector textil cuando inició la aventura de Prodes. Lo consiguió con el Tepazepán, el primer fármaco que fusionaba, según sus propias palabras, ansiolítico y antidepresivo. También reveló, en una entrevista a un diario de su tierra, haber inventado una molécula, «el aceclofenaco: un antiinflamatorio sin efecto gastrolesivo, el primero español registrado para toda la Comunidad Europea». Fue una de las pocas jactancias públicas de un hombre sencillo y discreto, influenciado por la espiritualidad ignaciana.
Hay otra faceta más divisiva en Vila: la ideológica. Soberanista confeso, apoyó el «procès» y puso una oficina a disposición de Jordi Pujol cuando la acumulación de escándalos obligó al político a renunciar a las ventajas materiales inherentes a su condición de antiguo presidente de la Generalidad. Eso sí, combinaba esas convicciones con la pasión taurina, desplazándose con frecuencia por la geografía española para seguir, entre otros, a José Tomás.
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