Formador de ingenieros

El pasado 30 de junio los alumnos del profesor Gonzalo Baladrón Gaitero en la Universidad de León dieron la voz de alarma al ver que no acudía a la celebración de un examen, cosa que nunca había ocurrido a lo largo de sus 38 años de docencia: había fallecido de forma repentina. Era más que un simple profesor de Universidad: fue el quien formó a varias generaciones de ingenieros y científicos en la capital leonesa.

Simple docente era lo que figuraba cuando el Boletín Oficial del Estado publicó, en su edición del 15 de enero de 1992, una resolución de la Universidad de León que oficializaba su nombramiento como profesor de Escuela Universitaria en la asignatura de Física Aplicada. Mas esta fría realidad administrativa se fue ensanchando con el paso de los años: Baladrón llegó a impartir Estructuras Metálicas, Estructuras de Hormigón, Elasticidad y Resistencia de Materiales, Mecánica del Suelo y Cimentaciones, Cálculo Avanzado de Estructuras, Patología de Estructuras, Dinámica Estructural y Teoría de Estructuras. La lista, al parecer, no es exhaustiva.

O, como recuerda la propia Universidad, «intentando poner nombres nuevos a las asignaturas nuevas (Cálculo Avanzado de Construcciones Arquitectónicas, Patologías Industriales y Sostenibilidad)» en tono irónico, que, como era de esperar, «no colaron». Tal vez por las reminiscencias algo cochinas de sus acrónimos. Porque Baladrón, también lector empedernido, poseía un gran sentido del humor.

Sea como fuere, la sólida reputación que fue acumulando motivó que el pleno municipal de Valencia de Don Juan, su localidad natal, le solicitase para pronunciar el pregón de Semana Santa el pasado año. Aceptó el envite, si bien se mostró algo abrumado. «Siempre es un aprieto», dijo entonces, «dirigirse a personas que saben mucho más sobre la semana que nos viene que aquél que os habla y entonces uno comienza a pensar sobre cómo puede enfocar el tema tratando, por ejemplo, la hermosura de los pasos y su estética, la plasticidad con la que avanzan a lo largo de las calles, su estilo e historia (…), pero estoy convencido de que estos remas ya han sido tratados por oradores que me han precedido». Con todo, logró terminar el discurso sin mayores dificultades.