
José Luis López, Ruphert
Ruphert (1959-2025)
El peluquero de las estrellas
Por las manos del manchego pasaron Grace Kelly, Rocío Jurado, María Callas y las esposas de más de una docena de ministros de todos los signos

José Luis López Ruphert
Nació en Tomelloso (Ciudad Real) en 1959 (algunas fuentes apuntan que nació en 1960 o 61) y murió en Valencia el 2 de febrero de 2025
Fue peluquero y empresario.
Si ha habido un peluquero estrella, ese fue Ruphert. Y si ha habido un peluquero de las estrellas, también fue él. De princesas, actrices, cantantes, directores de cine y de todo un micro mundo de la alta sociedad en el que no eras nadie si no te peinaba Ruphert.
Natural de Tomelloso, siempre dejó en un cierto misterio la fecha exacta de su nacimiento, aunque la mayor parte de fuentes apuntan que fue en 1959. Si bien tampoco habló demasiado sobre su infancia, él siempre contó que decidió ser peluquero a los 5 años cuando veía a sus tíos dedicarse al oficio en la pequeña peluquería de su pueblo. Y allí es donde él empezaría a hacer la permanente y a cortar el pelo a gitanos y prostitutas. Con 14 años se muda a Madrid para formarse en estilismo. A los 18 años se va a hacer el Servicio Militar donde, debido a su destreza con las tijeras, acaba cortándole el pelo a altos cargos del Ejército, momento a partir del cual empieza a recibir llamadas de teléfono de otros oficiales para cortarles el pelo a él y a sus esposas.
Al terminar su paso por el Ejército abre su primer centro de belleza en la Gran Vía de Madrid –que no logra sacar adelante– tras lo que encuentra trabajo en la peluquería de Di Stéfano. Allí peina un día a Lola Flores que se queda entusiasmada con su trabajo y contribuye a que crezca su reputación hasta el punto de que la esposa de Manuel Fraga, Carmen Estévez, contrata sus servicios para peinar a Grace Kelly y Jacqueline Kennedy en sus respectivos viajes a España.
Después de aquello es invitado por la periodista Nelly Raymond a pasar quince días en Argentina para enseñar sus cortes de pelo a los estilistas del Canal 13 de Buenos Aires. Pero acaba quedándose siete años en el país austral donde, además, abre una peluquería en la que instaura el corte de pelo unisex, algo que defendió siempre como una invención propia. Durante esa época pasan por su peluquería Pablito Ortega, Manolo Escobar, María Callas, María Felix y Josphine Baker, entre otros muchos.
A su vuelta a Madrid y con apenas 25 años, Ruphert abre su segundo centro en el barrio de Chamberí, pero es denunciado por algunos compañeros de profesión porque su peluquería unisex rayaba la indecencia. Pero Ruphert logra presionar al entonces alcalde, Miguel Ángel García Lomas, para que permita la reapertura del local ante la atenta mirada de varios periodistas de todas partes del mundo. Ganada la batalla, reabre su salón en el Paseo de la Castellana y abre otro en la calle Serrano adonde empiezan a acudir las esposas de varios ministros de la era Felipe González además de actrices, cantantes y demás artistas donde, además, pone de moda la vista del interior del salón desde la calle retirando los visillos de las ventanas.
En la década de los 80 la popularidad de Ruphert halla sus cotas más altas de popularidad. Crea el pelo frito, la melena bicolor y numerosos postizos, y es el peluquero habitual de muchas estrellas de la época entre las que destacan Federico Fellini (que dijo de él que era el mejor peluquero del mundo), Carolina de Mónaco, Nati Abascal, Rocío Jurado o Victoria Abril que protagonizaría la famosa campaña de publicidad «Ruphert, te necesito» a finales de la década.
Tentado durante años a abrir más salones y franquicias, él siempre rechazó la idea e intentó dar una atención lo más personalizada posible a todos sus clientes. En 2009, trasladó su peluquería a la calle Velázquez de Madrid para, después de la pandemia de la covid, retirarse definitivamente en 2023 cediendo el testigo a Gabriel Llano. Estuvo en activo más de 50 años.
Estudioso de lo oculto y de la santería (durante años un San Pancracio de tamaño natural presidió su salón de la calle Serrano), siempre afirmó no tener miedo a la muerte porque creía en la reencarnación.