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03 de mayo de 2024

HorizonteRamón Pérez-Maura

La hemiplejia imperante

Cualquier analista independiente concluiría que la democracia española es de una calidad paupérrima. Y con esos mimbres es mucho más fácil para los partidos totalitarios, a los que apoyan tantos medios de comunicación, tomar el poder

Actualizada 02:29

El Tribunal Constitucional ha vuelto a condenar al Gobierno de la nación porque el segundo estado de alarma fue ilegal. Como también había sentenciado que lo fue el primero. Y en ese segundo estado de alarma de seis meses de duración se creó aquella filfa de la cogobernanza con la que Sánchez intentaba limpiarse las manos de todos sus pecados cual Jordán purificador.
Aquí necesitamos que Vox presente recursos de inconstitucionalidad para que seamos conscientes de la gravedad de asuntos que son de puro sentido común sin necesidad de que nadie diera aviso de ellos: blanquear asesinos, indultarlos antes de convertirlos en soporte de su mayoría conformada por los partidos que quieren romper España, permitir al Gobierno de la nación desposeer al ciudadano medio de sus derechos más elementales… La realidad es que el Constitucional ha confirmado lo que todos sabíamos y algunos se empeñaban en negar: que mientras Sánchez se dedicaba a acallar las voces de la mayoría de los españoles, violando la ley, miles de compatriotas morían porque no se adoptaban las medidas sanitarias imprescindibles ya que no eran políticamente correctas. Cada vez está más claro que la corrección política en España ha rozado las cifras de un genocidio. Será porque la izquierda se empeña en seguir imponiendo su práctica.
Pero cuando vemos la deriva en la que está cayendo España, cada vez más hay que preguntarse ¿dónde estaríamos si la tortilla estuviese del revés? La hemiplejia imperante hace que día a día esté más claro que la calidad democrática de España está lejos de conseguir un aprobado. Los ejemplos son infinitos. ¿Recuerdan las manifestaciones contra el Gobierno Rajoy por el perro que murió del ébola? ¿Cuántos españoles han muerto de la COVID-19? ¿Cuántas manifestaciones denunciando la mala gestión de la pandemia por el Gobierno? Ni una. Y todos los medios animando a la población a salir al balcón todas las tardes a aplaudir a los sanitarios porque Rajoy tenía toda la culpa del ébola y Sánchez no ha tenido ninguna responsabilidad de los españoles muertos por esta pandemia bajo su mando. Hemiplejia pura.
Pero imaginen la que se podría haber armado en España si el Tribunal Constitucional hubiera dictado dos sentencias diciendo que el Gobierno ha violado los principios básicos de la democracia –que es lo que en verdad afirma en sus resoluciones–. Habría barricadas ante el Congreso y peticiones de horca para Rajoy. Pero no verán a La Sexta ni a ningún otro medio como los diarios clásicos o la mayoría de las emisoras de radio y televisión llamando a la movilización en las calles contra el Gobierno de Sánchez y a la formación de barricadas y el enfrentamiento con las fuerzas del orden público.
El grado de la hemiplejia que vivimos es de tanta gravedad que probablemente demuestre que España es una democracia de muy baja calidad. Si hay dos varas de medir para el respeto del proceder en el día a día y cómo se valoran los casos de corrupción que afectan a todos los partidos que han gobernado, aunque a uno mucho más que a otros, cualquier analista independiente concluiría que la democracia española es de una calidad paupérrima. Y con esos mimbres es mucho más fácil para los partidos totalitarios, a los que apoyan tantos medios de comunicación, tomar el poder.
Dios nos coja confesados.
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