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26 de abril de 2024

Cosas que pasanAlfonso Ussía

Elcano, en su sitio

En el mapa de Antena 3 que marca al rumbo de la navegación de Elcano y Magallanes se descubre la trampa. El canal de Suez se inauguró en 1869, siglo XIX, pero Elcano lo navegó en 1522, para no malgastar gasoil

Actualizada 01:30

El Rey, a bordo del Juan Sebastián de Elcano, presidió la gran parada naval en memoria de la gran gesta. Elcano y Magallanes. Quinientos años han pasado. Magallanes no la culminó. El marino de Guetaria arribó a Sanlúcar de Barrameda al mando de la nao Victoria con diecisiete supervivientes. Se mueve por las redes sociales una fotografía que resume el significado del homenaje. El Rey, capitán general de la Armada Española, a popa del Juan Sebastián, bajo la inmensa bandera de España que ondea en nuestro –sí, nuestro, de todos los españoles– buque-escuela.
Sucede que en Antena 3 se han enterado de pequeños detalles que han reducido la grandeza de la primera navegación por los mares y océanos del mundo, superando los cabos malditos de Buena Esperanza y Hornos, navegando el Atlántico, el Pacífico –llamado el Lago Español–, y el Índico. Los historiadores de Antena 3 han descubierto la trampa. Para ahorrarse millas, peligros y quebrantos, la nao Victoria recortó su singladura por el canal de Suez. No pudo hacer lo mismo por el canal de Panamá, porque había cola. Un trasatlántico con turistas europeos y catorce mercantes le antecedían en el turno. Y don Juan Sebastián era muy impaciente, y renunció al canal.
En el mapa de Antena 3 que marca al rumbo de la navegación de Elcano y Magallanes se descubre la trampa. El canal de Suez se inauguró en 1869, siglo XIX, pero Elcano lo navegó en 1522, para no malgastar gasoil. Él sabía que por ahí existía un paso y ni corto ni perezoso dio con él. Después de dar con él, el paso se cerró hasta el siglo XIX, pero la triquiñuela funcionó y se mantuvo en secreto hasta que los servicios informativos de Atresmedia descubrieron la sutil añagaza. Los informativos de Atresmedia, especializados en «sucesos» para no tener líos con el Gobierno, se han cubierto de gloria. Y gracias a sus audaces especialistas en volcanes, incendios, maltratos de género, inundaciones y sequías, han encontrado las piezas que faltaban para llenar el puzzle. Que el 6 de septiembre de 1522, después de ser homenajeados en Sanlúcar, muerte del Guadalquivir y nacimiento del Atlántico, Elcano y sus diecisiete navegantes supervivientes alquilaron un autobús que los llevó a Sevilla. Y ya en Sevilla, en coches de caballos bellamente enjaezados, recorrieron la bellísima ciudad andaluza y fueron depositados en la estación de Santa Justa, donde les aguardaba un AVE especial que en apenas dos horas y quince minutos los llevó hasta Madrid, con escalas en Córdoba, Puertollano y Ciudad Real. Elcano, que estaba hasta el gorro de sus marineros, hizo el viaje en «clase preferente», y el resto de los supervivientes en «clase turista», si bien, y en prueba de admiración por su gesta, los responsables de RENFE les ofrecieron los auriculares para ver la película. En Madrid se dispersaron, si bien en Atresmedia aseguran que Elcano se subió a un taxi que le dejó en la estación de Chamartín y se subió al Talgo de Irún-Hendaya, descendiendo en San Sebastián.
No obstante, la navegación alrededor del mundo tuvo bastante mérito, y prueba de ello es que, quinientos años más tarde, seguimos hablando de ella. Pero sin exageraciones históricas. En su justa medida de méritos y alardes, como han descubierto los historiadores del interesante canal privado del Gobierno.
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