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Al bate y sin guanteZoé Valdés

Ciotti, Klasferld, 'los intransigentes'

A varios escritores cubanos la tiranía castro-comunista islamo-antisemita nos ha intentado insultar de igual modo. De Guillermo Cabrera Infante decían que era un hombre radical e intransigente, un loco, en resumen

Actualizada 01:30

La izquierda, cuando quiere pasar por «fizna y apreparada», usa invariablemente tres palabrejas de las que no se separa para rebajar a los que se les enfrentan: «radical, intransigente, odio». Lo del odio es una constante, como si los únicos que pudiéramos odiar somos los que no aceptamos sus desmanes y sus mentiras.

Éric Ciotti es un político francés, diputado a la Asamblea Nacional, también es el líder del partido Les Républicains (LR) desde el 2022. Este partido sería lo que va quedando de la derecha tradicional –superada con creces por Rassemblent Nationale (Reagrupación Nacional), el Partido de Marine Le Pen y Jordan Bardella–, que ha cambiado de nombre en innumerables ocasiones, y cuya intrascendencia en la vida actual política se hizo evidente en las recientes elecciones europeas, en las que sólo llegó a un 7, 3 por ciento de los votos, alcanzando 6 escaños, perdió un escaño. Sin embargo, al llevar consigo la traza imborrable del gaullismo, por Charles de Gaulle, es el partido al que mayor credibilidad histórica se le atribuye. Con el tiempo, es evidente, dejó de ser de derechas para convertirse en un partido endeble de centro derecha, y de ahí su parcial decadencia.

Tras el resultado de las elecciones europeas, en las que el RN consiguió una ventaja inédita aunque anunciada, y al tener que asumir la imposición del presidente Emmanuel Macron de disolver la Asamblea y convocar a elecciones legislativas, Éric Ciotti confirmó su apoyo a Joan Bardella y al RN, frente a los islamocomunistas antisemitas de Jean-Luc Mélénchon, ahora unidos en el Nuevo Frente Popular (sí, echaron mano de Léon Blum, que observado en perspectiva es muy probable que hoy en día votaría a RN). Para qué fue aquello, hasta los mismos de su partido, los oportunistas de toda la vida, quisieron eliminarlo como líder votado ampliamente por los militantes, Ciotti recurrió a los tribunales y ganó. No abandonó su oficina, y continúa firme en sus principios de que se trata de salvar a esta Francia agonizante.

Como es natural le han llamado de todo, enemigos y supuestos amigos, los «insultos» de intransigente, radical, de odioso, han ido creciendo a dimensiones desproporcionadas. Ciotti se ha mantenido inclaudicable. Vaya hacia él mi admiración y respeto.

Pero lo más inconcebible para algunos despistados, aunque lo más razonable para otros –entre los que me encuentro–, es que también Serge Klarsfeld, sobreviviente del Holocausto y cazador de nazis (junto a su esposa) afirmó hace poco lo siguiente: «Si tuviese que elegir entre La Francia Insumisa (los islamocomunistas antisemitas actuales) y Reagrupación Nacional, votaría a Reagrupación Nacional sin dudarlo». Él si sabe de lo que habla, no únicamente por ser judío, sino por haber dedicado toda su vida a estudiar el comportamiento nazi, a perseguir a los nazis fugados, a ubicarlos, y llevarlos a los tribunales.

Pues bien, también el admirable Serge Klarsfeld se ha llevado lo suyo: una extremista de esa ultraizquierda ignorante y bobalicona ha expresado en Xuiter que se siente decepcionada por este hombre que tanto defendió a los judíos, y replica con la cantilena de que ella votará por el NFP del antisemita castrochavista Mélénchon. O sea, esta señora vive presa de una cuadratura mental ideológica que le impide discernir con claridad que hoy, tal como vaticinó Winston Churchill, los verdaderos fascistas se han travestido en progresistas. En fin, que Klarsfeld también se ha llevado su buena tunda de insultos, e imagino que su hijo, abogado y activista por los DDHH, Arno Klarsfeld, los ha leído, y aunque su acostumbrada actitud reservada no permitirá que su tristeza se vislumbre siquiera, no se sentirá para nada bien, por sus padres y por todo lo que han hecho para que el horror no se repita. Mi apoyo constante a la familia Klarsfeld.

A varios escritores cubanos la tiranía castro-comunista islamo-antisemita nos ha intentado insultar de igual modo. De Guillermo Cabrera Infante decían que era un hombre radical e intransigente, un loco, en resumen; de Reinaldo Arenas subrayaban un odio que no se traduce en sus magníficas obras, de mí han dicho que soy una radical, intransigente, han añadido lo de controversial y pornógrafa, además de reducirme al silencio; sí, porque el hecho de no mencionar, el de armar barreras en mi contra, conduce al borrado. Para ello han contribuido autores que le sirven al régimen de manera velada y en algunos casos no tanto… Hace mucho tiempo que vivo con esa estrella colgada o cosida; liberada, eso sí. Para mí no hay mayor orgullo y satisfacción que los machandangos de toda la vida del machismo-leninismo dependientes del partido comunista y del Consejo de Estado se refieran a mí, cuando lo hacen, en semejantes términos, como lo hizo Fidel Castro en un discurso de siete horas y media. Sí, soy radical, intransigente, controversial… Por el contrario, los del odio y la pornografía son ellos.

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