Vea cómo le engaña y le empobrece el socialismo

Hemos vivido en España unos hechos que nos sirven perfectamente como ejemplo viviente de cómo el socialismo empobrece a los ciudadanos y arruina a los países. Vamos a seguir y desmenuzar el tracto entero de un proceso que nos es familiar si lo tomamos aisladamente; pero menos conocido si analizamos toda la cadena, eslabón a eslabón y lo comparamos con otros sistemas. Me refiero la reciente revalorización de las pensiones.

El pasado mes de febrero el Gobierno socialista, con el apoyo de un PP que sigue sin pedir cita en el endocrino, aprobó el famoso decreto «minibús» por el que, entre otras cosas de almoneda, se decidía un aumento de las pensiones de jubilación. Pero eso, aparentemente tan bueno, no era más que una enorme y carísima trampa.

Tomemos como punto de partida que por cada 100 euros de pensión se aplicaba un tipo de gravamen medio en IRPF del 15%. Por lo que al pensionista le quedaban netos 85 euros por cada 100.

Ahora esos 100 euros con la revalorización se han convertido en 103. Pero como tenemos un Gobierno que no quiere luchar contra la inflación hay que ajustar esa cantidad al valor real de la moneda en la que se cobra; es decir, restarle un 2,9%; el valor de la cantidad que cobra el pensionista es de 100,01 euros y no de 103. Ahora hay que restarle el IRPF cuyo tipo medio de gravamen lo han ido subiendo hasta algo más del 17% frente al 15% inicial. Ese tipo se aplica sobre los 103 euros brutos, pero hay que restarlo de los 100,01 reales y tenemos que tras la famosa subida de pensiones nuestros pensionistas cobran 82,5 euros netos. O sea, menos que los 85 euros por cada 100 anteriores. Vamos, que nuestros jubilados salen muy perjudicados con este engañoso regalo envenenado del Gobierno.

Veamos ahora todo el proceso pero en sus distintos agregados. Para pagar las pensiones y su incremento, el Gobierno acude a subir las cotizaciones, por un lado. Lo que hace que nuestras empresas pierdan competitividad y nuestros trabajadores y autónomos ganen menos. Pero también acude a la deuda. Con Sánchez la deuda de la seguridad social se ha incrementado más de un 261%. Es decir, endeuda a la seguridad social, le pasa el dinero a los pensionistas, y luego se lo quita, como hemos visto, con el IRPF. Se lleva más pasta que antes de la subida, el jubilado cobra menos y nos deja a nosotros la deuda; mal asunto. Y se lo lleva para mordidas, chiringuitos, avioncitos, putas y varios. Pero es que, además, sin controlar la inflación los ciudadanos estamos indefensos ante ella, mientras que la deuda está protegida por los intereses.

En resumen, nuestras empresas menos competitivas, pensionistas, trabajadores y autónomos, más pobres, un estado, o sea nosotros, con mayor endeudamiento y un negro futuro para nuestros jóvenes. ¡Bienvenidos al socialismo! Qué es el sistema que se carga el estado del bienestar para imponer el bienestar del estado.

Veamos como operaría un sistema verdaderamente liberal; vamos lo que vienen llamando como algo peyorativo, ultra liberal. Lo primero que haría es reducir el gasto público superfluo y someter a las estructuras del estado a una cura de adelgazamiento. Esto no solo redunda en la eliminación de caros chiringuitos innecesarios y en la reducción de la corrupción política, también en una fuerte disminución del déficit público y de la deuda pública por lo que habrá que destinar mucha menos cantidad de dinero a los intereses y a su devolución. Consecuentemente se puede proceder a una relevante reducción de los impuestos. Es decir, que el dinero neto que se quedaría el pensionista tras pagar el IRPF es mucho más que con el actual modelo socialista que hemos visto más arriba.

Tenemos que añadir que en el supuesto que analizamos la masa monetaria en circulación sería la misma antes que después del proceso de liberalización, sólo que estaría en manos de los ciudadanos en lugar de estar en manos del Gobierno, pero al no incrementarse fuertemente vía deuda pública el efecto sobre la inflación sería beneficioso al reducirse y no mermaría el valor del dinero en manos de los pensionistas. La bajada de impuestos indirectos como el IVA o los que gravan las energías y combustibles también redundarían en una menor inflación; mayor poder adquisitivo. ¿Imaginan una inflación en el entorno del 1 % y tributar al 10 % en lugar de al 17 %? Además con una seguridad social solvente.

En España ocurre algo que hace clamar al cielo. Me refiero al castigo a los planes y fondos privados de pensiones que aplica el PSOE y mantuvo el PP. Me explico. En el caso de que un ciudadano español decida dedicar alguna cantidad periódicamente a ir dotando un plan de pensiones privado con el que complementar la pensión de la seguridad social durante su jubilación, al llegar a esta y rescatar el plan, Hacienda le atizará en su IRPF un confiscatorio tipo medio del 42 %. ¡Como lo lee! El artículo 41 de nuestra Constitución dice que «la asistencia y prestaciones complementarias serán libres»; pero, no pueden ser libres con esas penalizaciones. Esto explica que en España los planes y fondos privados de pensiones representen tan solo el 14 % del PIB frente a Holanda con un 213 % o Reino Unido con un 120 % de cobertura sobre PIB. Dos conclusiones. Una los jubilados de otros países de nuestro entorno son más libres y tienen más capacidad económica que los nuestros que están sometidos y son dependientes de las exiguas pensiones de un sistema público quebrado; ellos viajan a España, nosotros con el IMSERSO. Dos, llevar porcentajes de la masa monetaria en circulación a posiciones de ahorro a largo plazo contribuiría importantemente a controlar la inflación al reducir los activos líquidos. Vamos que somos víctimas otra vez del socialismo imperante.

Lo que digo no es solo teoría. Sufrimos en verdad los efectos negativos del socialismo en España. Y vemos los beneficios prácticos de las políticas de Milei y Meloni; algo que si se aplicaran aquí, además de bienestar para los mayores protegería el futuro de nuestros jóvenes.

• José Antonio García-Albi Gil de Biedma es empresario