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Ojo avizorJuan Van-Halen

El indulto anunciado

La afirmación de Sánchez de considerar inocente a García Ortiz, no es solo una presión imperdonable y vergonzosa al Supremo. Es un anuncio. Tras la sentencia, si no le gusta, hay quien cree, y lo comparto, que habrá un indulto acaso redactado por el propio fiscal general

Act. 15 nov. 2025 - 08:47

Visto para sentencia el juicio a Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, sólo queda esperar. La Fiscalía ha actuado como una defensa más; al fin y al cabo, el acusado es su jefe. Sánchez había adelantado la sentencia que desea y necesita. En una prueba más de desprecio y presión a la Justicia consideró públicamente inocente a su sumiso amiguete; también vienen repitiéndolo el ministro de Justicia y no recuerdo de qué más, la alegre y vacía Alegría, Patxi-sí-señor, etcétera. La presión del Ejecutivo al Poder Judicial desconoce la prudencia. No nos engañemos: es la España de Sánchez. Sin mayoría parlamentaria, sin Presupuestos, sin poder gobernar y rodeado de corrupción, mantiene el pulso a la realidad con el desparpajo que le caracteriza.

Como se temía, Junts amenazaba con la boca pequeña. Su portavoz Miriam Nogueras llamó a Sánchez «hipócrita y cínico» en un pleno del Congreso, pero poco después se abstuvo para que descarrilase una importante iniciativa del PP: alejar el cierre de las nucleares. Había sido un pellizco de monja. Nogueras inició estudios de comunicación audiovisual, que abandonó, y fue guardarropa, camarera, administrativa, carnicera, productora ejecutiva en publicidad y, ya en 2023, fundó una empresa de nuevas tecnologías. Parece que su suerte cambió con la política; era diputada desde 2016. Furibunda antiespañola, en febrero de 2023, en rueda de prensa en el Congreso, apartó la bandera de España del estrado. Se le deben algunas definiciones de España: «estercolero putrefacto» y «nido de corruptos, analfabetos y fascistas». Evidenció escasez de neuronas. Olvida su antiespañolismo cuando cobra cada mes de la caja española alrededor de 8.400 euros. Es otro caso, Rufián: amenazó con abandonar el «Congreso español» pero no lo hizo. En la calle hace frío.

Y, mientras, la imagen de García Ortiz quitándose la toga para ocupar el banquillo de los acusados es testimonio para el recuerdo. En su día fue declarado inidóneo por los jueces, luego fue denunciado por desviación de poder al querer llevar a su benefactora Dolores Delgado a una fiscalía de Sala del Supremo, y más tarde fue imputado por revelación de secretos. El máximo exponente contra el delito convertido presuntamente en delincuente. Sánchez no le permitió dimitir, produciéndose un grave daño para el conjunto de la Fiscalía. Pero, ¿de quién es la Fiscalía? Pues eso.

El 22 de junio de 2021 nuestro presidente, rey de la risa falsa, de los insultos a los adversarios y de la negación a explicar nada, decidió proclamar ante los españoles en una comparecencia televisada los indultos concedidos por su Gobierno a nueve condenados por el golpe de Estado en Cataluña, el referéndum ilegal y la declaración de independencia que duró menos de un minuto.

Sánchez incluyó entonces afirmaciones para la pequeña historia: «Hemos tomado esta decisión porque es la mejor para Cataluña, la mejor para España y la más conforme con el espíritu de concordia de la Constitución». Y: «El Gobierno de España trabaja y seguirá trabajando para el entendimiento, no para el enfrentamiento». Como en casi todo lo que decide, mentía; el tiempo no le dio la razón. No se ha aminorado el afán independentista catalán, al contrario; se ha lesionado gravemente la Constitución en una maniobra para reformarla por la puerta de atrás; y, desde luego, Sánchez no ha gobernado para el entendimiento, sino para el enfrentamiento, llegando a proclamar la existencia de un muro entre los suyos y el resto de los españoles. Y así seguimos.

La afirmación de Sánchez de considerar inocente a García Ortiz, no es solo una presión imperdonable y vergonzosa al Supremo. Es un anuncio. Tras la sentencia, si no le gusta, hay quien cree, y lo comparto, que habrá un indulto acaso redactado por el propio fiscal general. No sé si con declaración pública sobre los motivos, falsos, claro, como en el caso de los golpistas catalanes. Con ese compromiso cuenta probablemente García Ortiz; acaso por ello tapó la participación del presidente en el embrollo.

España es un país de charanga y pandereta, el de aquel machadiano «El mañana efímero». Pero necesitamos un mañana no efímero, sino perdurable, y que sea fugaz el presente, recuperada la voz por los españoles que aún en buena parte parecen dormidos. Así sea.

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