Alfonso Ussía: un abuelo, un genio, un español comprometido
Hoy ha muerto un valiente, la pluma de una España que no permitiremos que se pierda
Es difícil expresar con palabras el enorme legado que Alfonso de Ussía y Muñoz-Seca deja en esta mañana. Hoy ha emprendido un viaje que, desgraciadamente, no podrá narrar en su artículo diario en El Debate, un viaje que nos deja un poco más vacíos de genialidad y humor. Mi abuelo, y lo digo por todos, fue un genio, un español comprometido, valiente, honrado, un gran hombre de los que no se encuentran. Fue ante todo una persona que miró por encima del común de los mortales para darnos cada día una nueva forma de entender la realidad, haciéndola siempre más amable.
Se ha ido dejando una mujer, tres hijos y ocho nietos orgullosos, una España que ya no podrá ahogar sus penas en las palabras que escribía y una desolada Cantabria, en la que quiso vivir y morir en estos sus últimos y felicísimos años.
Fue vasco, mucho más vasco que cualquiera de los mindundis asesinos contra los que luchó y arriesgó la vida. Fue también andaluz, heredando el arte de un autor asesinado por aquellos que vivieron del odio. Fue español, a toda vena, marino, monárquico y genial, poeta, sin cursiladas, escritor de raza, hasta cuando ni siquiera le salía la voz del pecho. Fue marido de la más buena de las mujeres, de mi abuela Pili, con quien compartió más de cincuenta años. Fue también amigo de los que sirvieron y sirven a España, entre los que hoy ya se encuentra, también de toda la familia Hornedo, a la que perteneció como un noveno hermano, un amigo de las Fuerzas Armadas y de la Guardia Civil, un soldado de España.
Hoy no hay pena, solo alegría de haber podido compartir una vida al lado del que ha sido un genio, un enamorado de este norte de España que hoy le ha dejado ciego, un hombre que vivió para contar lo que muchos no se atrevían siquiera a comentar en voz baja. Hoy ha muerto un valiente, la pluma de una España que no permitiremos que se pierda. Muere hoy un hombre que será recordado por los que le quisimos, por los que le leímos y por los que reímos con él. Nace hoy su recuerdo, la leyenda de Ussía. Hoy nos toca a nosotros hacer prevalecer su legado, y trataremos de hacerlo lo mejor posible.