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20 de mayo de 2024

Cartas al director

La Fiscalía en riesgo

En el entramado de la Administración de la Justicia, el fiscal asume un papel esencial para un correcto funcionamiento. Su labor principal, entre otras muchas funciones, consiste en velar por la independencia judicial y en aras al principio de legalidad, justamente lo que este gobierno está poniendo en un serio peligro. El Fiscal General del Estado es, dentro de su estructura jerárquica, el más importante representante del Ministerio Público y es, como bien se dice, « del Estado » y no del Gobierno.
Recién llegado Pedro Sánchez al Poder, y a preguntas de un periodista, contestó que la Fiscalía depende del Gobierno, es decir de él mismo y en este sentido ha encargado a un señor Fiscal la alta responsabilidad cuya adscripción y simpatía ideológica está claramente identificada con el socialismo y lo está demostrando en todas y cada una de sus decisiones. Conozco a muchos fiscales y puedo manifestar que son unos grandes profesionales que actúan con una gran profesionalidad. Desgraciadamente el malestar es casi unánime en ese Cuerpo y está sirviendo de instrumento del señor Amo para manipular de forma muy perjudicial la labor de los fiscales, que se merecen el mayor respeto.
La independencia de los fiscales no es la misma que la de jueces y magistrados pero no por ello se justifica la indignante actuación del actual Fiscal General del Estado que más parece un Comisario Político de un régimen autoritario que un fiel servidor se la labor Fiscal en el seno de una sociedad democrática en un Estado de Derecho. La trágica reprobación en el Senado y las denuncias constantes de asociaciones de fiscales en su ejercicio es completamente injusto. Pedro Sánchez será el puto Amo de su partido, pero no de las Altas Instituciones del Estado, como es de la Justicia, en este caso de la Fiscalía. Es hora ya de parar está situación tan lamentable y devolver el prestigio que se merece. Y, cuanto antes dimita o sea cesado, mejor para todos . Que tenga que ser el Tribunal Supremo quien lo tenga que resolver me parece vergonzoso.

Julio José Elías

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