Copatrona de la Iglesia de Europa

El pasado día 9 de agosto celebramos la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz, una mujer alemana y judía. Primera doctora en Filosofía de Alemania. Nació en 1891 y la mataron en Auschwitz en 1942 asfixiándola con cianuro de hidrógeno en una cámara de gas.

Nos la recuerda en este periódico Ignacio Sánchez Cámara, resaltando su feminismo antropológico, la dignidad de la mujer a la que señala con un potencial único en la sociedad, en la cultura y el pensamiento.

Su vida fue un camino quebrado y tortuoso. Del judaísmo al agnosticismo, de ahí al ateísmo, a la Filosofía y la Fenomenología. A través de Santa Teresa a la mística, a la verdad, la fe católica. De lo más profundo del alma al Carmelo Descalzo y de la unión con Dios en el silencio y la soledad de la clausura al martirio, al Cielo y la santidad confirmada por Juan Pablo II.

Fue modelo y ejemplo de vida, no solo de vida cristiana.

Su estudio sobre la mística en San Juan de la Cruz, La ciencia de la Cruz, es un asombroso análisis del dificilísimo camino de la unión del alma con Dios.

Es copatrona de la Iglesia de Europa.