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Cartas al director

La Armada, rumbo a Gaza

Con la inconcreción de la misión a cumplir (¿escoltar? ¿proteger? ¿auxiliar?) se ha ordenado el envío de un navío de la Armada a la flotilla que se dirige a Gaza. Se le ha endosado la responsabilidad a un Buque de Acción Marítima (BAM) que, con sus 2700 tn de desplazamiento, 100 metros de eslora, 50 tripulantes, helicóptero y armamento, y que estaría en el ciclo de desplazarse de una ZO próximamente o en reparaciones tras regresar de una o en adiestramiento, se dirija en un plis plas de 24 horas como si fuese un vehículo utilitario hacia la zona. Se dice que protegería a la flotilla del ataque de drones israelíes, pero los BAM no tienen capacidad de defensa antiaérea sino que dependen de la cobertura de otros navíos. Surge la duda de que la autoridad política, la ministra, como es su obligación, le haya transmitido las Reglas de Enfrentamiento (ROE), esto es, la concreción de las autorizaciones o prohibiciones para el uso de la fuerza y las situaciones de aplicación. Y es de suponer que la señora Ada Colau, al igual que hizo en el stand del Ejército de Barcelona cuando era alcaldesa, rechazará la ayuda, pues, como entonces, se ratificará en «que no haya presencia militar porque hay que separar los espacios».