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Cartas al director

No se puede aguantar más

España no puede soportar, día tras día, tropelías, trampas, corrupción, detenciones, prisiones, condenas de jerarquías y su presidente de Gobierno, Sánchez, huyendo por Europa.

Y mientras España se desangra por falta de viviendas, precios que impiden una vida digna, con familias al borde de la pobreza a pesar de sus sueldos, falta de empleos, la agricultura y ganadería abandonada, impuestos que asfixian, que tienen puesto al país en el llamado Tercer Mundo, el inquilino de la Moncloa se mofa de todos.

España no es así. Sánchez la ha transformado en una dictadura, a sus propios intereses y conveniencia.

A los llamados barones del antiguo PSOE no se les puede pedir que den «un golpe en la mesa» del partido, porque ya vienen demostrando que se les va «la fuerza por la boca».

Pero todo lo anterior tiene que impulsar a los ciudadanos a que le hagan despertar de su «sueño anestésico» y a tomar medidas drásticas, que afronten con sus votos una situación de emergencia máxima y una de esas medidas es expulsar del poder al individuo que ha hecho de España su cortijo y de la Moncloa su escondite, su trinchera. Las minorías se lo permiten.

Y por esos votos de esas minorías de diputados que odian España y que, paradójicamente, la dirigen, votos que Sánchez «busca debajo de las piedras» y «hace de la necesidad virtud», España va «cuesta abajo y sin frenos».

No le importa en absoluto España al dictador Sánchez y solo quiere seguir en el poder y, por ello, a pesar de la deriva del país, no convoca elecciones porque perdería ese poder que le obsesiona.

Y esto es lo que hace perentorio modificar la Ley Electoral, a fin de que las minorías políticas no puedan dirigir todo el país, debido a esos pactos abyectos, que solo buscan «hacer su agosto», a costa de los ciudadanos. España no les interesa, solo buscan saquearla.

Fernando Pelegrín

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