Fundado en 1910
Editorial

Chivite y Navarra, la madre de todas las tramas

Todas las vergüenzas del sanchismo se reflejan en la bochornosa cadena de escándalos y bochornos de la Comunidad Foral

No hacía falta presenciar las excusas, balbuceos y mentiras de María Chivite en el Senado para considerar la «trama Navarra» del PSOE una de las peores de todas las conocidas y sospechar que está en el origen de casi todo.

Los hechos conocidos ya son intolerables, más allá de las consecuencias penales que pueden o no tener: la presidenta foral adjudicó una obra millonaria de manera irregular a una empresa de la que, a escondidas, era copropietario su mentor, Santos Cerdán, en prisión provisional con un futuro muy negro.

Que además familiares de unos y de otros trabajaran en esa compañía añade al bochorno germinal ese toque vulgar tan presente en otros episodios de nepotismo hiriente, como los de Jessica, David Sánchez o la propia Begoña Gómez.

Todo ello conforma un paisaje tétrico que, en cualquier país civilizado, ya le hubiera costado el cargo a la responsable política del escándalo, que es Chivite de manera rotunda: ella benefició a un compañero, que escondía su participación en la firma adjudicataria, y además se benefició ella misma en el ámbito institucional. Porque Chivite no preside Navarra gracias al apoyo mayoritario de los ciudadanos, sino por la componenda urdida por Santos Cerdán con Bildu, en un obsceno cambalache que incluyó el respaldo a Pedro Sánchez en Madrid y el regalo del Ayuntamiento de Pamplona a los herederos de Batasuna.

Que Cerdán sea además sospechoso de estar tras la presunta financiación ilegal del PSOE, en otra derivada aún por concretar, pero cada día más verosímil, cierra el círculo de apaños concéntricos y sugiere claramente la existencia de una trama que combinaba apaños políticos con negocios económicos y, por ello, señala directamente a Pedro Sánchez. Por eso Navarra condensa todos los males de esta etapa política amoral, sustentada en exclusiva en los intereses de un político sin escrúpulos ni principios que lo hipoteca todo a la satisfacción de sus intereses personales y está dispuesto a pagar lo que sea para lograr ese objetivo. En este caso, someter a Navarra a un proceso galopante de sumisión al ideario abertzale, alimentando el delirante objetivo expansionista del separatismo vasco y diluyendo la identidad de un viejo Reino indefectiblemente unido a la propia identidad de España.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas