Napoleonchu, Napoleonchu ¿por qué nos persigues?

No conozco a Albares —por todos conocido como Napoleonchu— pero no me pesa. Por la sonrisa cuando explica ufanamente los detalles del «traje» diplomático y otros comentarios, lo veía como un monaguillo travieso, reverente ante el párroco Don Pedro, capaz de repetir sin error las jaculatorias del jefe pero, embobado con él, torpón ayudando a Misa.

Pero tiene querencias de adulto. Sabemos que es triunfalista como su jefe, del que queda arrobado con su manejo de las gafas en un avión, ¡qué elegancia y que tronío!, y declara que la Cumbre de la OTAN de Madrid es el acontecimiento internacional más importante del último siglo. Roosevelt, Stalin y Churchill que se repartieron el mundo en Yalta lloran en su tumba por celos; Truman, inventor de la OTAN, gruñe y Gorbachef se mesa los cabellos por perdérselo.

Jocoso también es afirmar que España tiene la mayor presencia internacional de la historia; somos la repera. Recuerda a la señora Pajín cuando espetó que la reunión entre Obama y Zapatero tendría un efecto cósmico: la paz mundial llegaría, a lo Trump, en dos meses, la pobreza se eliminaría en tres y las personas que quisieran cambiar de sexo y volver al original después lo harían en un plisplas. Y pagado por la Seguridad Social.

El panorama real es más modesto. Hemos declinado en nuestro caladero de Iberoamérica; nos excluimos, por iniciativas estériles para demagogia interna, de Oriente Medio; somos comparsas rácanos en Ucrania y Le Monde, enésimo ejemplo, nos ignora en sus crónicas de alguna reunión importante. O no estamos o no se nos espera.

Es ocioso recalcar que las relaciones con Estados Unidos al entronizarse Trump no auguran una luna de miel. España debe ser el tema número 98 de los 100 que Trump considere en el exterior pero ya sabe que Sánchez es un gorrón pertinaz que no aporta más a la defensa de la OTAN porque tiene estrecheces con la salud, los pensionistas, la energía, la emigración, la mamandurria de los separatistas, etc… (¡Como si los demás países de la OTAN no tuvieran esas u otras!). La visita del mandamás otánico Rutte hace semanas, al que Sánchez intentó vender los sofismas con los que alimenta a su grey, servirá para que Rutte resuma a Trump, al alemán, al polaco: «Hay que tener en cuenta a España por su territorio e historia, pero con su presidente no hay nada que hacer para reforzarnos».

España se proclama así líder de los chupones que se permiten alegrías gracias al paraguas defensivo yanqui. Además, Albares cultiva la falacia: Rabat nos torea con la raquítica apertura de la aduana y él sonríe bobaliconamente. Para explicar que España no cumple con la OTAN enarbola cifras tramposas que no corresponden a lo que nos comprometimos. Argumentos de trilero, pasto de corderos sanchistas o ignorantes. Ahora, en Ucrania se repite la historia. Somos un figurante roñoso pero Sánchez saca pecho chupando cámara y aportando… calderilla.

El chiquilicuatre Albares nos sorprende, además, con su conducta amiguista y censora. El secretario de Estado para Europa vive en Bruselas, donde hay embajador, en vez de trabajar en el Ministerio, algo insólito. Debe ser cuate de Albares; el ministro facilita la conciliación de los diplomáticos cuando le caen bien, con otros se inhibe, y si hay durmientes en una charla Albares fulmina sólo al que le cae gordo. Y es censor de tipo franquista. Ha borrado el nombre del ministro Castiella de la espléndida biblioteca que éste donó a la Escuela Diplomática. Nos enteramos luego de que a los muchos jubilados que nos escandalizó que el Embajador en la ONU fuera periodista crítico por la noche, nos ha prohibido discursear en la Escuela Diplomática. ¡Ay qué dolor, Fabio! He perdido 200 euros de mi charla anual y se nos priva del inmenso eco que con ella ella suscitamos en la prensa internacional.

Último rumor. Ministro ordena a Embajador en ONU: «Apoye denuncia feminicidio en Afganistán pero concentre sus esfuerzos en lenguaje inclusivo en protección fauna africana. Dígase : 'Los elefantes y las elefantas' y 'Los reyes de la selva son el león y la leona'. Es tan prioritario como lo del catalán en Europa».

El mundo tiembla ante Trump y… ante Albares.

• Inocencio F. Arias es embajador de España