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TribunaManuel Sánchez Monge

La vejez es un nuevo comienzo

Porque decir «viejo» no significa «descartable». Decir viejo, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, discernimiento, ponderación, escucha... ¡Valores que necesitamos enormemente!

Los viejos fueron confinados en un arrabal de inactividad. Poco a poco, han sido desposeídos del puesto que tradicionalmente ocupaban en la sociedad, se han convertido en rémoras. Expulsados de la vida pública, su consejo dejó de alumbrar la política; apartados de las labores docentes, su enseñanza se eclipsó. Hasta han sido despojados del lugar preeminente que ocupaban en el seno de la familia. Decía Cicerón que «el viejo no puede hacer lo que hace un joven; pero lo que hace es mejor». En medio de nuestras sociedades, a menudo dedicadas a lo efímero y al gusto por las apariencias, la sabiduría de los abuelos se convierte en un faro que ilumina la incertidumbre y da dirección a los nietos. Ellos pueden sacar de la experiencia de los abuelos un «algo más» con respecto a su vida cotidiana.

Hay que fomentar una visión holística del envejecimiento, promoviendo una sociedad que valore todas las etapas de la vida y refuerce la solidaridad intergeneracional. El objetivo no es solo aumentar la esperanza de vida, sino garantizar que los años adicionales se vivan con calidad, dignidad y sostenibilidad

El envejecimiento saludable es un proceso continuo de optimización de oportunidades para mantener y mejorar la salud física y mental, la independencia y la calidad de vida a lo largo del tiempo. Esto significa mantener o mejorar la capacidad funcional para poder hacer lo que a uno le gusta y le resulta importante El envejecimiento es un proceso natural que no tiene por qué implicar siempre deterioro o dependencia. Mantener hábitos saludables, una vida social activa y un estado mental positivo favorece un envejecimiento saludable y feliz.

No hay que temer abrazar el envejecimiento, porque la vida es la vida y edulcorar la realidad significa traicionar la verdad de las cosas. Devolver el orgullo a un término que con demasiada frecuencia se considera malsano es un gesto por el que debemos estar agradecidos. Porque decir «viejo» no significa «descartable». Decir viejo, en cambio, significa decir experiencia, sabiduría, discernimiento, ponderación, escucha... ¡Valores que necesitamos enormemente!

El riesgo de aislamiento no es irreversible. Muchos mayores mantienen relaciones sociales activas gracias a asociaciones, clubes o el voluntariado. «Mantener el contacto con familiares, participar en actividades intergeneracionales y utilizar herramientas digitales son «muy recomendables» para potenciar su salud emocional. La experiencia, conocimiento y capacidad de adaptación de los mayores no se puede evaluar fácilmente. Por ello, romper con estos mitos es primordial para conservar su bienestar general y su plena integración en la sociedad. Aunque la edad incrementa el riesgo de demencia o pérdida de memoria, no todos los mayores llegan a desarrollarlas. Por ello, conviene estimular la mente mediante la conversación, la lectura o la resolución de problemas diarios.

Hemos de tener muy en cuenta que el envejecimiento es un proceso, no un estado. El desarrollo de la persona no caduca con la edad porque en la vejez también hay posibilidad de cambio y aprendizaje. Si vivimos esta etapa de la vida como una gracia, y no con resentimiento. Si acogemos el tiempo en el que experimentamos las fuerzas mermadas, el cansancio creciente del cuerpo, los reflejos que ya no son los mismos, con un sentido de gratitud y reconocimiento, entonces incluso la vejez se convierte en una etapa de la vida, como nos enseñó Romano Guardini, verdaderamente fecunda, capaz de irradiar el bien.

Hay que destacar el valor humano y social de los abuelos. El papel de los abuelos es fundamental para el desarrollo equilibrado de los jóvenes y, en última instancia, para una sociedad más pacífica. Porque su ejemplo, sus palabras, su sabiduría pueden inculcar en los más jóvenes una visión de largo alcance, la memoria del pasado y el anclaje en valores que perduran.

El edadismo es la discriminación por razones de edad que puede tener diferentes manifestaciones: en el ámbito laboral, las personas mayores enfrentan dificultades para encontrar empleo o se ven forzadas a retirarse por la edad. En el ámbito de la salud, los mayores tienen difícil acceso a tratamientos y cuidados de calidad. A veces se excluye a las personas mayores de la tecnología impidiéndoles interactuar.

La fe cristiana nos devuelve una certeza consoladora: La muerte no es el fin de todo, sino el comienzo de algo. Es un nuevo comienzo porque la vida eterna, que ya se empieza a experimenta en la Tierra, es algo que no va a terminar nunca. Vamos a vivir algo que nunca hemos vivido plenamente: la eternidad.

Manuel Sánchez Monge es obispo emérito de Santander

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