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Obituario Matthew Festing

Matthew Festing, el Príncipe Gran Maestre de la Orden de Malta

Matthew Festing (1949-2021)

El Príncipe Gran Maestre Matthew Festing. Un abrupto final en la Orden de Malta

Es el tercer inglés en gobernar la institución católica, el Papa forzó su renuncia a principios de 2017

Icono Matthew Festing
30/11/1949Bellingham (Reino Unido)
12/11/2021La Valeta (Malta)

Matthew Festing

Aristócrata, filósofo y militar

Diplomado por la Universidad de Cambridge, oficial de la Guardia Granadera, ejecutivo de empresas, ingresó en la Orden de Malta en 1977 y profesó votos perpetuos en 1991. Fue elegido Príncipe Gran Maestre, el número 79 desde la fundación de la Orden el 11 de marzo de 2008 y presentó su renuncia el 24 de enero de 2017. Se hizo efectiva cuatro días más tarde.

Un pequeño terremoto sacudió el Vaticano la tarde del 24 de enero de 2017: tras una tensa audiencia con el Papa Francisco, el Príncipe Gran Maestre de la Soberana Orden de Malta, Matthew Festing, renunciaba a su cargo. O, mejor dicho, cedía a la apremiante presión del Santo Padre. La causa inmediata era la destitución –contraria a Derecho, según Roma– del Gran Canciller de la Orden, el barón Albrecht Von Boeselager, acto motivado por una supuesta mala gestión de un proyecto humanitario en Birmania en el que se distribuyeron anticonceptivos.

El noble alemán apeló al Papa, que le dio la razón. Francisco, sin embargo, aprovechó el episodio para intervenir drásticamente: nombró a una dirección temporal, repuso a Von Boeselager en sus funciones y, sobre todo, sustituyó al patrono de la Orden –aunque sin cesarle formalmente–, el cardenal norteamericano Raymond Leo Burke por otro purpurado, el italiano Angelo Becciù. Festing aceptó su destitución si bien, en un primer momento, cuestionó la legitimidad del equipo designado por Francisco, negándose a cooperar con él y llegando incluso, estando ya cesado, a nombrar otro.

Este conato de rebeldía duró bien poco. Con todo, Festing obtuvo una victoria a posteriori al poder participar en la elección de su sucesor, en contra de los deseos del Vaticano, que le había instado a permanecer fuera de Roma mientras durase el proceso. Pero al constatar la presencia de Festing en la Ciudad Eterna, desde la Curia se optó por el apaciguamiento; entre otras razones porque coaccionar al monje inglés hubiera supuesto una violación de los estatutos de la Carta Constitucional de una Orden que lleva existiendo desde hace más de nueve siglos y medio. Festing, por su parte, también mostró cordura al no seguir los consejos de Burke, que le animaba a agudizar su enfrentamiento con el Papa.

A día de hoy se puede decir que el caso de los anticonceptivos –Von Boeselager lo admitió públicamente– fue solo un pretexto: en realidad Festing fue el chivo expiatorio de la lucha soterrada entre Francisco y Burke, uno de sus críticos más tenaces: mientras el Pontífice pretendía colocar a la Orden en la senda de los nuevos vientos eclesiales, el cardenal se empeñaba en mantenerla como baluarte de una perspectiva tradicionalista, tanto en cuestiones doctrinales como en las relativas a su sistema de Gobierno que algunos, desde las alturas de la Iglesia, estiman obsoleto. Otros observadores, como el influyente vaticanista Edward Pentin, tampoco se privaron se señalar a la influencia financiera alemana en la Iglesia como otro de las causas de su renuncia.

Sea como fuere, resulta difícil pensar que Festing hubiera contemplado un final tan abrupto allá por 1977 cuando ingresó en la Orden como Caballero de Honor y Devoción. Era una forma de perpetuar la historia de su linaje materno: entre las familias recusants –las que se negaron a abrazar el anglicanismo en el siglo XVI– del norte de Inglaterra, los Riddell figuraban entre los más señeros. Entre sus antepasados directos destaca el beato Sir Adrian Fortescue, caballero de Malta, martirizado en 1539 por su fidelidad a la fe católica.

Por el lado paterno, Festing es hijo del Mariscal de Campo Sir Francis Festing (1902-1976), joven y brillante general en el frente asiático durante la Segunda Guerra Mundial, que culminó su trayectoria como jefe del Estado Mayor de Tierra a principios de los sesenta, impulsando desde esa posición el final del servicio militar obligatorio en el Reino Unido. Ya en su retiro se convirtió al catolicismo.

Su hijo sirvió durante un tiempo en la Guardia Granadera antes de combinar sus votos perpetuos en la Orden de Malta con una carrera en el sector privado: en el momento de su elección como Príncipe Gran Maestre en 2008 –el tercer inglés en ejercer esa soberanía–, prestaba sus servicios en Sotheby's. El destino ha querido que la muerte –repentina– le sobreviniera en La Valeta, capital de Malta, donde asistía a una profesión de votos perpetuos en la catedral, la primera que se celebraba en la Isla desde 1798.

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