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29 de abril de 2024

Medio centenar de inmigrantes ilegales en un edificio en el barrio de San Pío X de Murcia

Medio centenar de inmigrantes ilegales, en un edificio en el barrio de San Pío X de Murcia durante el confinamientoEFE/Marcial Guillén

Día de los Derechos Humanos

Cáritas y los Derechos Humanos: que no se «invisibilice» a «las personas descartadas»

La institución de la Iglesia católica urge a que el diseño de las políticas públicas
contemple realidades que quedan fuera
de los procesos de acceso a las prestaciones

Bajo el lema Reduciendo desigualdades, avanzando en Derechos Humanos, Naciones Unidas conmemora este viernes 10 de diciembre el Día Internacional de los Derechos Humanos.
Desde Cáritas española, de forma especial, cuando todavía se hacen notar los estragos de la pandemia, la cual está dejando en evidencia que no todos los países pueden afrontar las urgencias sanitarias, sociales y económicas derivadas de esta crisis, se han pronunciado recordando las palabras del Papa Francisco en la encíclica Fratelli Tutti: «Mientras una parte de la humanidad vive en opulencia, otra parte ve su propia dignidad desconocida, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados». 

Iguales en dignidad y derechos

«Todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos». Así reza el artículo primero de la Declaración de los Derechos Humanos. Para la institución caritativa de la Iglesia católica, esta realidad intrínseca de la dignidad inalienable y universal de las personas es, tal y como han dicho en su comunicado, «motor diario de nuestro acompañamiento y de nuestro trabajo por cambiar los miles de realidades personales y familiares de indignidad e injusticia que, de forma estructural, se perpetúan en España y en tantos otros países de todos los continentes».
Así lo recordaban en el pasado IV Encuentro de Derechos Humanos, celebrado en mayo de este año, a propósito de un evento pensado para reflexionar sobre cómo los derechos de las personas han quedado mermados tras la pandemia. Uno delos principales retos detectados fue «el de no invisibilizar aún más a las personas descartadas, las más frágiles», al mismo tiempo que se destacaba la importancia de «tomar conciencia de que son precisamente los momentos de crisis el tiempo más idóneo para fortalecer la garantía de los derechos esenciales y reducir desigualdades».
Las personas sin hogar han firmado un manifiesto pidiendo a las instituciones medidas urgentes

Las personas sin hogar han firmado un manifiesto pidiendo a las instituciones medidas urgentesEFE

Políticas públicas que lleguen a todos

Desde Cáritas piden «el diseño e implementación de políticas públicas» que tengan en cuenta realidades que, con gran dificultad, «pueden entrar en los esquemas administrativos y documentales necesarios para culminar con éxito muchos procesos de acceso a prestaciones».
Sin ir más lejos, este mismo diario se hacía eco el pasado mes de octubre de la realidad de nuestro país.  Según se desprende del informe presentado por Cáritas y FOESSA (Fomento de Estudios Sociales y Sociología Aplicada), solamente el 18,6 % de los solicitantes del Ingreso Mínimo Vital, en situación de «pobreza severa lo está cobrando o lo tiene concedido», lo habrían percibido.
Las cifras aportadas en el informe Análisis y Perspectivas 2021 señalan una realidad lacerante. 11 millones de personas, 2,5 millones más que hace tan solo tres años, están bajo el umbral de la pobreza. Esto supone un 22,7 % más que en 2018.

Vulnerabilidad extrema

En su comunicado, Cáritas ha podido ver en primera mano, en la atención a las personas solicitantes de ayuda para la cesta básica o los suministros de sus hogares, que la pandemia está generando nuevas situaciones de exclusión y vulnerabilidad, acuciadas, todavía más, por la brecha digital que divide a nuestro país entre los que se pueden conectar al continente digital y los que no disponen de los recursos técnicos para seguir las clases, en el caso de los más pequeños.
«Muchas veces se percibe que, de hecho, los derechos humanos no son iguales para todos. El respeto de estos derechos es condición previa para el mismo desarrollo social y económico de un país. Cuando se respeta la dignidad del hombre, y sus derechos son reconocidos y tutelados, florece también la creatividad y el ingenio, y la personalidad humana puede desplegar sus múltiples iniciativas en favor del bien común», decía  Francisco en la encíclica anteriormente mencionada.
Para Cáritas, desde estas claves que nos propone el Papa Francisco –respeto de los derechos humanos y universalidad–, «se pueden ir construyendo los cimientos de una sociedad renovada, que acoja los principios de libertad, igualdad, dignidad, justicia y bien común como ejes, no sólo en el ámbito nacional, sino, sobre todo, en la apuesta de la comunidad internacional y del cumplimiento de los compromisos de derecho internacional», atendiendo a los países más desfavorecidos.  
Barrios, ciudades, asentamientos rurales y urbanos, en la calle o en cada rincón de la geografía de nuestro país. La Iglesia pide no abandonar la mirada misericordiosa hacia el otro y el trabajo asistencial que queda por hacer. Porque, tomando de nuevo las palabras del Santo Padre, «la caridad social nos hace amar el bien común y nos lleva a buscar efectivamente el bien de todas las personas, consideradas no sólo individualmente, sino también en la dimensión social que las une».
Una mujer arrastra un carro con metales recogidos en los contenedores en Valencia

Una mujer arrastra un carro con metales recogidos en los contenedores en ValenciaEFE

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