La librería católica que evangeliza en la tierra de los talibanes
En un país donde la presencia cristiana es minoritaria, apenas un 2 %, y donde todas las actividades relacionadas con la Iglesia católica están bajo sospecha, las Paulinas venden libros, artículos religiosos, forman a los jóvenes y comparten la fe
Actualizada 05:58
La hermana Ghazia trabaja en la única librería católica que hay en Pakistán. Ella es religiosa de la congregación de las Hermanas Paulinas, cuya misión es hacer presente a Jesucristo ante los paquistaníes, a pesar de las amenazas constantes de los extremistas islámicos.
Esta es la historia que conocemos al entrar en la campaña Que haya sitio en tu posada, impulsada por Ayuda a la Iglesia Necesitada, donde se trata de concienciar, tal y como nos reconocía su director, Javier Menéndez Ros, el trabajo de «de 82.000 sacerdotes, religiosos y laicos, que son los auténticos pilares que, por todo el mundo, están sosteniendo esta Iglesia necesitada y perseguida».
La vida tras un atentado
Hace varios años la librería de las Paulinas en Lahore sufrió serios daños por la explosión de una bomba. Los talibanes acusan a las hermanas de poseer material prohibido por el Corán. A pesar del miedo y la tensión que supone vivir en una situación como la actual, las Paulinas han reconstruido la librería y continúan ofreciendo literatura religiosa y catequética, materiales audiovisuales y artículos religiosos.
Las nueve hermanas y once candidatas del monasterio que sostiene esta obra evangelizadora, es crucial para la formación de los niños, tal y como reconoce en el vídeo realizado por ACN la hermana Ghazia: «Una fe firme puede sacar a los jóvenes de la pobreza y llevarlos a un futuro mejor».
El trabajo de estas religiosas no termina aquí. Las Paulinas visitan las parroquias de los suburbios para enseñar el catecismo a los más pequeños y explicar a las madres la importancia de educar a sus hijos en la fe. A día de hoy, los cristianos en Pakistán representan menos del 2 % de la población y viven en aldeas empobrecidas, donde trabajan en régimen de servidumbre.
«Confiamos en la oración. Es así como dejamos que Jesucristo nos ame y como nosotros compartimos ese amor, pero para llevar a cabo nuestro servicio necesitamos de nuestros bienhechores y de Ayuda a la Iglesia Necesitada», concluye la Hna. Ghazia.