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25 de abril de 2024

The Chosen

Series y fe

El evangelio según `The Chosen'

En la vorágine de relatos, llama la atención el éxito silencioso que va amasando The Chosen. Una serie de televisión religiosa y confesional, que no engaña y  presenta una traslación a imágenes del Evangelio

La fe, como la muerte en las coplas de Manrique, es muy transversal, puesto que abriga a «los que viven por sus manos y los ricos». Así, desde una pobretona aldea remota de la Australia aborigen hasta el salón más cuqui de Nueva York podemos encontrar peña que reza. Plegarias que cruzan razas, continentes y dioses. Hay quien acude a Dios en busca de consuelo ante la pérdida, quien lo violenta para justificar guerras santas y aquellos que solo lo invocan cuando el avión pierde altura a toda mecha. La vivencia de la fe es tan variada que, más allá de la casuística con la que cada cual la vive, existen decenas de religiones asentadas a lo largo del globo.
Se trata, pues, de una necesidad humana, bastante universal. Sin embargo, llama la atención lo poco que comparece en los relatos culturales con los que intentamos contarnos el mundo para entenderlo. No son tiempos de cine religioso, desde luego. Y es curioso, puesto que la espiritual es una dimensión dramáticamente apasionante: a la gente que cree le ocurren cosas extrañas, arrebatadoras, ilógicas, sorprendentes, trascendentes, luminosas, trágicas. No existe un «derecho a que cuenten mi historia», así que aquellos que creen pueden empezar a arremangarse para parir relatos que aborden esta dimensión que tanto les define. Eso o el silencio… o asumir que otros escriban «tu» relato.
Por eso, ante este páramo creativo, llama más la atención el éxito silencioso que va amasando The Chosen. Es una serie de televisión religiosa y confesional. No engaña. Se presenta como una traslación a imágenes del Evangelio, incluso animando a los espectadores a que lo lean antes de adentrarse en tal o cual episodio. De momento, llevan emitidas dos temporadas de ocho episodios, a las que hay que sumar un piloto navideño que narraba el nacimiento de Jesús. Todo a un solo clic.
Fotograma de la serie The Chosen

Fotograma de la serie The ChosenImdb

La mayor novedad de The Chosen radica precisamente en su ambición: planean rodar siete temporadas narrando la vida de Cristo. Para ello, disponen de un nivel de producción bastante decente, capaz de meter a los espectadores en las barcas de pesca de Galilea de hace dos mil años y transmitirles el sabor de una sociedad humilde dominada por los romanos. Por ahí van pululando los Nicodemos, los recaudadores de impuestos o esas mujeres esquinadas a las que Jesús devuelve la dignidad. Cada episodio se centra con rigor en un episodio del evangelio, sin engorrosas relecturas posmodernas. Como mucho, en aras del dinamismo, The Chosen se permite llenar los huecos para que la historia alcance vuelo dramático y sean los conflictos humanos los que muevan la trama hacia adelante. De hecho, son los momentos de cara B los que insuflan autenticidad y hacen que vayamos cogiéndole cariño a los personajes: ese Mateo sibilino y esquirol que contempla un milagro, ese Simón Pedro agobiado por las deudas o, incluso, ese Jesús que baila en las bodas de Caná. Los guionistas se mueven con soltura entre el evento y la confidencia, entre la grandeza evangélica y la intimidad dramática.

¡Pescadores de hombres, cebo de seriéfilos! Ahora mismo ya está recaudado casi todo el dinero necesario para la tercera temporada

¿El problema? Que por su concepción es muy posible que The Chosen solo llegue a espectadores con hambre religiosa, a los convencidos, en una suerte de espejo colectivo en el que mirarse, un relato común que comentar. Pero, oye, por algo se empieza. Los sencillos créditos de The Chosen muestran un banco de peces nadando en una dirección. De repente, uno de ellos cambia de color y va contra la corriente. Otro le sigue. Otro más. Y otro. Se antoja una metáfora adecuada para la propia serie: una historia que decide remontar el mainstream y que, con su arrojo, va convenciendo cada vez a más gente para que nade junto a ellos. ¡Pescadores de hombres, cebo de seriéfilos!
Los creadores, desde luego, han lanzado una apuesta independiente, inédita en el gigantesco ecosistema audiovisual en el que nos movemos: The Chosen se financia con dinero de los espectadores (el denominado crowdfunding), que aportan lo que buenamente pueden o consideran. Ahora mismo ya está recaudado casi todo el dinero necesario para la tercera temporada. Es la forma que tienen Dallas Jenkins y Derral Eves, los creadores, de poder contar el evangelio como desean, sin presiones económicas ni hipotecas ideológicas. Y de poner la serie gratis en la red para que todo el mundo pueda empaparse de la historia de Jesús. Que no es poco para estas Navidades que andan a la vuelta de la esquina. 
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