San Alfonso de Ligorio, un obispo católico italiano del siglo XVIII, escribe esta obra venerando a María como muestra del amor que tiene por Jesús. En ella le da gracias a la Virgen por todo lo que hizo por el Hijo de Dios desde el día de la Anunciación. En este libro se recorre el «Dios te Salve», porque, a través de la Virgen, todo aquel que es pecador puede redimirse y vivir el gozo de la vida divina. Reflexiona sobre las virtudes de ella: humildad, amor al prójimo, castidad, pobreza, esperanza… todo lo que le convirtió en la Madre de Dios.